El negro pájaro de la tele (1ª parte).
La ultima fechoría de José Luis Moreno aparecía publicada en El País esta semana; la arruinada Canal 9 le había perdonado ni más ni menos que 1,8 millones de euros -300 millones de pesetas- por los gastos de la fallida serie Planta 25, a cambio de un programa antiguo que él ya había cobrado en Castilla-La Mancha TV y que se emitió en la valenciana en un horario marginal.
Este año Moreno ya fue noticia tras despedir al 47% de su plantilla aduciendo una ruinosa cuenta de sus empresas "nada entendible" contablemente al ver los 1,2 millones de euros gastados en la tarjeta de El corte ingles o los 700.000 euros en viajes privados, una situación agravada por la salida en tromba de Telecinco del accionariado de las productoras del empresario -11 millones de euros a la basura para levantarle Aquí no hay quien viva a Antena 3-.
Un ERE decidido -casualidad o no- en el momento que los socialistas perdían uno de sus históricos feudos, Castilla-La Mancha, cosa que no debió gustar al productor cuyo gran parte del volumen de sus trabajos procedía de la tele autonómica manchega por su "amistad" conocida con Jordi García Candau, que llevo al ventrílocuo en la etapa que este fue director general de TVE a ser uno de los productores que más facturaban en el ente con sus casposos programas de variedades.
Una relación manchega que termino con la llegada de Cospedal con Nacho Villa como comisario político, que lo primero que hizo fue denunciar públicamente al directivo y revelar un contrato de Moreno con la cadena por 800.000 euros para la realización de galas y espacios musicales.
La especialidad del productor para ganar dinero -además de su brillante serie La que se avecina- han sido últimamente sus oscuras relaciones con las autonómicas, que si Canal 9 le perdona una jugosa deuda, que si Candau le da un contrato archimillonario o que si la sospechosa Telemadrid le encarga algunos espacios -el ultimo una serie fallida titulada Todo es posible en el bajo, en la que sufrió una huelga por no pagar a los trabajadores que tienen la mala costumbre de querer comer-.
Pero la joya de la corona fue el juicio del caso Palma Arena donde estuvo imputado por un soborno de 250.000 euros al condenado presidente Jaume Matas para la obtención de programas en IB3 -con mediación del singular Eduardo Zaplana- y en cuya gala de inauguración supuestamente le hizo la primera entrega, la mitad del medio millón de euros prometidos por un encargo de programas de 5 millones de euros -el 10% de mafiosa compensación-.
Pero los oscuros movimientos de Moreno en Baleares no acaban ahí, también consiguió contratos por millonarios decorados que la cadena llego a destruir por su baja calidad y que la autonómica encargo a otra empresa, además de ser denunciado por un ex-trabajador que le acusó de sobornar a la directora general de IB3 y al responsable de antena con unos oscuros correos electrónicos del empresario como prueba.
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