Cristina Tárrega, la nueva defensora del pueblo.
Ya tenemos nueva heroína en "Sálvame". Primero fue la Esteban y sus patadas al diccionario, más adelante reapareció Aída y sus reportajes sensacionalistas de denuncia y ahora es Cristina Tárrega, esa obscena comunicadora que ahora se dedica a "ayudar" a las marujas españolas.
Después de tirarse siete años trincando en 'Telemadrid' con sus patéticos programas -primero en las mañanas donde rozo el 0% de share y más adelante en "Territorio Comanche", un late-show telebasuresco en una cadena supuestamente de servicio público-, ahora ha recabado en "Sálvame".
Cristina por sus características y su preparación debió hace años hundirse en el olvido más absoluto, pero la señorita tiene padrinos y madrinas que la tratan muy bien.
Sorprendió en 'Telemadrid' que la Tárrega con ese show sensacionalista permaneciera en antena, cuando las órdenes de Esperanza Aguirre eran las de eliminar cualquier tipo de espectáculo grotesco -desaparecieron programas de éxito como "Mamma Mía"-.
Pero su programa lo producía Ángel Moreno -cuyo mayor éxito es "Tómbola"-, uno de los productores más cercanos al PP -con numerosos programas en las autonómicas madrileñas y valencianas-. Y encima Cristina es amiga de Doña Espe, cosa que ayudó en su permanencia.
Ahora tiene que nadar en la telebasura, a la que siempre de boquilla ha detestado -pese a presentar programas como "Debat Obert", una tertulia donde Matamoros, Rappel, Jimmy o Nuria Bermúdez se intercambiaban patadas-.
La Tárrega ahora se dedica a pasearse por Madrid, abordar a señoras entradas en años y escupirles en la cara frases como; "te inyectaría en la cara un poco de colágeno", "te pondría un puntito de botox" o "estarías mejor con otro pelo".
En vez de partirle la cara que es lo que se merece, las señoras no saben donde meterse.
Porque la sección de esta sujeta va de eso, de intentar arreglarle el careto al personal, cuando un cirujano tendría años de trabajo en modelar el suyo.
Además de vulgarizar el tema de las operaciones de cirugía, la señorita se dedica ahora a dar consejos de belleza desde su púlpito. Tiene mérito que lo haga con ese cuerpo desparramado, con esa jeta de camarera de nightclub barato, con esa mente de burra de estercolero.
Es increíble con el paro que hay que esta señora haya vivido tantos años de esta profesión, cuando no tiene ni preparación, ni modales, ni decencia.
Vamos a ver, ¿quién coño le ha dado permiso a esta petarda verdulera para dar consejos de belleza?. Años después de calentar al personal con sus poses y su escote en el inolvidable "Sola en la ciudad" -esa copia porno del "Hablar por hablar"- se dedica a esto.
Y no solo le basta con esto, encima quiere darle un toque de tinte social -mujeres que han sido maltratadas o madres de chicos con enfermedades-.
La última ha sido la de llevar a una pobre mujer, inyectarla y pintarla como una puerta y para rematar dice que el drama de la señora es que tiene un hijo en silla de ruedas que no sale de casa.
"Sus amigos no le sacan de marcha porque no quieren arrastrar su silla de ruedas", dice la comunicadora conocida en el séptimo arte por hacer de puta en "Torrente 2: Misión en Marbella".
"Paz, ¿quieres que nos lo llevemos de marcha algún día?", le pregunta a la Padilla.
No se puede ser más demagoga, más populista, más obscena, más mierda.
Intentar vender las miserias de un pobre chico y de su madre para intentar hacerse pasar por Santa Teresa. Y la madre no sabía donde meterse. Que asco todo.
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