Nunca hemos vivido en el show de Truman.
De entrada todo es mentira. Y jode verlo, pero jode ahora que no tenemos donde caernos muertos.
Cuando teníamos pasta para cochecito, viajecito y cenita nos daba igual votar con gusto a chorizos como Camps o Gil y Gil.
Los medios abren con el "Barcenasgate". Escándalos plasmados en contabilidades b por el puño y letra del listo de turno. Ya saben lo que dicen; el que parte y reparte se queda con la mejor parte.
Eso pensó Luis "El Cabrón" cuando se llevó más de 20 millones de euros a Suiza, país al que visitaba según él por el amor a la nieve. A la nieve en polvo, pensará algún malvado.
Da gusto ver ahora a Wyoming. Está claramente en su salsa con la derecha arrinconada por los lios de esta banda de delincuentes que nos está tocando sufrir.
Ayer brillante monográfico sobre el caso pepero, en especial un vídeo presentado por Dani Mateo ilustrándonos el Caso Bárcenas con imágenes de simpáticos simios que fumaban y escribían a máquina.
No solo el PP de las dos últimas décadas es mentira. También lo es el PSOE y la Casa Real y hasta el deporte. Que no falte pan y circo.
"Panem et circenses" predicaban los emperadores romanos. Regalaban cosechas de trigo y entradas a espectáculos circenses para distraer a la plebe de los fallos políticos.
Cuando el pan se nos ha agotado peligra el circo. Los años del "yo soy español, español, español" pueden acabar como el Rosario de la Aurora.
Eufemiano Fuentes está en el banquillo como cara visible de la trama de dopaje que ha manchado para al menos dos décadas el ciclismo. Y hasta un ex-presidente de la Real Sociedad ha salido acusando a Astiazarán and company de pagar al médico canario durante seis años 342.000 euros anuales para sustancias dopantes -casualidad o no, uno de los años la Real peleó por el titulo liguero-. Y la Interpol ha destapado el caso de amaño sistemático de partidos de fútbol, que afecta a casi 400 encuentros -del Mundial o la Champions por ejemplo-. Por este caso ya hay más de 50 detenidos y podría haber reportado beneficios de más de 8 millones de euros a las cabezas pensantes -residentes en Singapur- en este amaño de apuestas donde podría haber 500 "profesionales" relacionados con el tema.
Por cierto ha sido 'AS' el que ha destapado las declaraciones del ex-presidente Badiola sobre el dopaje. El mismo medio que abrió la Operación Puerto con una polémica entrevista al ciclista Jesús Manzanos. Mientras 'AS' se parte la cara en el mundo del deporte-"Guti", el periodista que destapó la entrevista a Manzano ha pasado unos años apartado del mundillo de las dos ruedas-, 'Marca' mira siempre para otro lado. Fueron los primeros en tragarse el bulo en forma de filete de Contador y fueron los primeros en lavarle la cara a Marta Domínguez cuando fue absuelta en esa parodia de juicio -el periódico de Prisa también desveló este verano el presunto dopaje del atleta olímpico Ángel Mullera-.
O sea que hasta el deporte podría ser mentira. Que más nos espera.
"No jodas que hay dopaje en el deporte, será el Eufemiano ese". Ese Eufemiano que fue el médico oficial de la expedición española en las exitosas Olimpiadas de Barcelona 92 donde ganamos
25 medallas -record que tardaremos decadas en superar-.
Ya nada nos puede sorprender. Hasta vemos a "La Gaceta" acusando a Rajoy en portada de haber recibido gratis un viaje a Canarias a gastos pagados. Ariza ya ha entrado en preconcurso de acreedores -tres meses le quedan para buscar socio financiero y tiene deudas con bancos por 13 millones de euros- y morirá matando.
Si Rajoy ha pasado de él y no le ha dado una mano de ayuda, el gallego se va a llevar una mano de ostias desde su tele, desde su radio y desde su periódico.
Él encabezó la brutal campaña de acoso mediático contra ZP y quiere cobrar los servicios prestados -Wyoming dijo con sorna el otro día en la radio que "al menos ZP no robaba"-.
La culpa de lo que nos pasa es nuestra, nos guste o no nos guste.
Nos gusta ir de víctimas pero el pueblo alzó a chorizos que se sentían inmunes de cualquier peligro. "Es un hombre hecho a si mismo" decíamos con envidia cuando veíamos pasar el Ferrari de turno de "El Pocero" de turno.
Analfabetos sin escrúpulos que se habían bajado del andamio para negociar con el concejal de urbanismo sobre las recalificaciones de Villalpijo. Siempre disfrazados de traje caro para ir de dandys por la vida.
"Que robe lo que quiera mientras no me falte comida caliente en el plato", pensábamos inconscientemente. Lo malo no es que nos falte la comida, es que nos falta hasta el plato.
Y ahora oh, que sorpresa. Que los partidos políticos se financiaban ilegalmente, no me digas Mariloli.
Pero ahora que pensamos más en llenar la nevera que en conocer Malta que está muy de moda, nos jode que el Urdangarín de turno de lo lleve crudo mientras echan a patadas a los ciudadanos, que han sido gaseados y cegados por el capitalismo salvaje en el que vivimos.
Y encima con los impuestos de los pateados se pagan las ayudas a la banca, jódete y baila.
Nos han puesto a tiro chalés que no podíamos pagar. Todo en plan teletienda.
No pidas un crédito para la casa. Pide un poco más para reformarla, vete de vacaciones al culo del mundo y si te va bien pide otro para comprar otra casa para especular.
Mientras todos brindan con champagne en la fiesta del pelotazo tú no vas a beber gaseosa como el tonto del pueblo. El sentido común dicen que es el menos común de los sentidos.
Mileuristas veinteañeros que habían abandonado los estudios prematuramente viajaban en Audi.
Esto es lo que hay. Podemos disfrazarnos de pobres víctimas de un sistema de chorizos.
Pero esos chorizos somos nosotros. Están en alguna parte de nuestra mente.
Nadie mira mal al ladrón. "Señor ladrón un autógrafo por favor", le pedíamos al Roldán de turno.
Ahora la culpa es del sistema, que lo es, pero que cada palo aguante su vela.
Nunca vivimos en el Show de Truman. El personaje encarnado por Jim Carrey tardaba años y años en darse cuenta de la estafa de reality en la que estaba viviendo.
Nosotros no. Sabíamos desde el principio lo que había, solo que nos es más cómodo mirar para otro lado y despreocuparnos de todo lo que molesta.
"La culpa es de los políticos que son todos unos ladrones", sentencia el Churchill de turno ante la primera cervecita de la tarde en la tasca del barrio. Claro que sí, campeón. Y todos nosotros somos cómplices involuntarios de ellos, ante tanta pasividad con la que les dejamos campar a sus anchas. Si no fuese así Santiago Segura sería un visionario con su película "Torrente 2: Misión en Marbella", donde nos reíamos con la parodia de Gil mientras destruía los papeles que le comprometían.
Gil ganaba con dos de cada tres votos de los marbellís. Todos somos Marbella.
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