El maldito ego de Pablo Motos



Ayer Pablo Motos batía record de la temporada con un especial grabado en Londres-hace un mes- donde entrevistaba peloterilmente a su "amigo íntimo" Will Smith. Con tres millones de espectadores y casi un 18% de share consigue El Hormiguero su dato más alto de este curso, dice Antena 3 en una nota. Cuando no llega al 12% se callan como putas.

Porque El Hormiguero pese a estos datos es un programa quemado. Pablo ha logrado convertir su show en un espacio cursi e infantil. Su excesivo afán de protagonismo-siempre responde sus preguntas y participa en todas las putas pruebas- y sus entrevistas a si mismo-siempre carencias o complejos-, lastran un programa que pese a su elevado presupuesto no llega a la media de la cadena-incluso ha sido superado por El intermedio, con seis veces menos coste-.

Pablo da bastante pena cuando quiere ser sexy-hace poco con Julia Otero o con cualquier señora o señorita de buen ver-, da pena cuando utiliza a los entrevistados para que le rían las gracietas y como todos los presentadores mediocres se rodea de colaboradores mediocres; Jandro, Raquel Martos o Marron son cómicos de quinta y es un auténtico milagro que puedan vivir de esto. Hace poco se publicaba que los colaboradores estaban molestos con Pablo porque tras el cambio a Antena 3-que supuso una mejora en el contrato del programa- ellos siguen cobrando lo mismo, y encima se les pide exclusividad impidiéndoles trabajar a la vez en otros proyectos.

Motos encima esta semana ha conocido la cancelación "provisional" de Así nos va, el espacio que produce para las sobremesas de la Sexta. Este programa diario hace unos ridículos resultados y se ha confirmado la decadencia del proyecto Tonterías las justas, que sin Dani Martínez ha pasado a ser un magazine pesado y sin imaginación. Solo se salva "el reportero alemán" porque el resto es una copia barata de los geniales Ilustres Ignorantes del Plus, una sección de zapping con Sergi Mas-talento desaprovechado- y una sección de José María Íñigo, que falto de cámara y sin peluquín se mete con todo dios buscando en el baúl de los recuerdos.

Pese a todo esto hay que valorarle a Motos su exigencia para hacer todos los días algo diferente. Se lo tiene que apuntar el repetitivo Buenafuente, que apunta como competencia de El Hormiguero desde septiembre en Cuatro.

1 comentario:

  1. Suscribo tus palabras (aunque quizá hubiera suprimido algún que otro improperio).
    Pablo Motos es un ser mediocre, en cuyo programa es él el que me sobra. Por mucho que entretenga, tenga un formato premiado e incluso copiado y tenga tóques de genialidad, su estilo lisonjero en la entrevista, con excesos de "sex simbol" frente a las féminas inviatadas, sólo me recuerdan que el hormiguero nunca será un magnífico programa mientras esté él.

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