Viendo la última obra de David Trueba, Madrid 1987, se relatan algunos de los casos más famosos del mundillo periodístico. Entre otros está el "secuestro" de Martín Prieto.
En la película protagonizada por Pepe Sacristán y María Valverde se relata que este es "un periodista mediocre y un borracho, que engañaba todas las noches a su mujer, hasta que esta se cansa y como escarmiento llama a la policía y dice que teme que lo haya secuestrado ETA". En el programa de Luis del Olmo figuras varias llaman para solidarizarse con el entonces columnista de El Mundo y España se entera de lo ocurrido. Al final Martín se entera del escándalo y llama al periódico desde un hotel donde estaba con una de estas amantes. Dice que no puede revelar dónde ha estado "por seguridad nacional". Tócate los huevos.
David Trueba
Está David de vuelta. Ha conseguido después de muchos años hacer lo que le sale de los cojones.
Se ha dado cuenta que no tiene que mendigar subvenciones o derechos de antena-Garci ha dicho que se retira en parte por eso-, y con cuatro duros y un buen texto puede hacer una película de altura. O una serie. Porque junto a Canal Plus y a Jorge Sanz ha introducido la autoparodia en nuestro país, estilo HBO.
El niño bonito del Madrid "progre" de los noventa-escribiendo para su hermano Fernando e incluso dirigiendo al Wyoming en TVE- ha ido evolucionando hacia el padrino de películas experimentales, padre de series underground, crítico televisivo de El País o como escritor de novelas tan cojonudas como Saber perder. Su carrera como director "tal cual" ya acabó tras no saber rematar buenas historias-caso La buena vida u Obra Maestra-. Ahora es un genio que puede entrevistar a "El Follonero" en su despedida de temporada o tirarse unos meses rascándose el ombligo.
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