Telecinco para compensar los gastos de la Copa Confederaciones está aplicando recortes en el horario de máxima audiencia. Se nota cuando se niega a retirar El don de Alba, con más que discretos datos o se empeña en seguir emitiendo la decadente CSI Miami o capítulos mil veces repetidos de La que se avecina.
Los recortes está semana futbolera también llegaron al Sálvame Deluxe, que tuvo como invitadas a cuatro personajes de perfil bajo y con cheques de pocos ceros de por medio.
La primera invitada fue Desireé, la enésima concursante transexual de Gran Hermano. Una pobre chica que tiene la inteligencia justa para pasar el día, cosa que los malvados carroñeros del programa rosa se aprovecharon de lo lindo.
"Desi" contó su terrible drama juvenil de identidad sexual y a continuación y para ahondar en la herida le pusieron entre la espada y la pared para humillarla. Para abrir boca el sibilino Jorge Javier le preguntó cinicamente "¿Tú quieres ser madre?".
Más adelante le sacaron imágenes de su padre homófobo que decía que no la aceptaba como mujer. Jorge Javier remató "¿Él no quiere que te operes?". ¿Tú qué crees Jorgito?
Es curiosa la necesidad de los gays de Sálvame-como antes los de Aquí hay tomate- en rebuscar en problemas familiares derivados de la sexualidad. Jorge tendría que entenderlo después de relatar en su libro la incompresión de su padre hacia él por su orientación sexual.
A "Dessi" para acabar de apuntillarla le pusieron los vídeos de sus "compañeros" de Gran Hermano diciendo cosas del tipo "Se parece a la Pantoja de Puerto Rico", "Tiene tres piernas", "Tiene colilla" o "Tienes que verle la barba". Liderando esas frases mezquinas estaba un satanás llamado Igor, que ha decidido encerrarse voluntariamente unos meses en la casa de Gran Hermano tras encerrarse "involuntariamente" en un bar pegado a las maquinas de apuestas-el ludópata riéndose de los problemas ajenos-.
La segunda invitada fue María Matamoros, la hija de Coto, a la que interrogaron sobre el paradero de su padre y sus sentimientos hacia él. Fascinante.
La tercera fue María Pineda, a la que hace años trataban en este tipo de programas como una mujer de la calle y ahora que está superando un cáncer la tratan como una dama. Así se las gastan los hipócritas.
Y para rellenar los últimos veinte minutos volvieron a llevar a la pornostar y montajista María Lapiedra, que aprovechó sus pocos minutos para relatar lo dilatado que tenía "el ojete" después de parir o lo rica que le sabe la leche materna a su novio. Enfrente tenía a Jimmy Giménez Arnau babeando al borde de la taquicardia. Que se mejoren.
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