Debería preocuparse Wyoming de la marcha de El Intermedio. El programa está en su mejor momento-esta temporada ha sido la más vista con casi un 10% de share y dos millones de espectadores-, pero también está en su mejor momento de influencia. El Intermedio ha madurado esta temporada como Salvados maduró la temporada pasada. Ambos programas han dejado el chascarrillo y el humor para convertirse en dos referentes de actualidad.
Wyoming y su programa se han convertido en un referente para la izquierda civil , y en un formato de denuncia tan valido como cualquier informativo-o más-.
Para cerrar su séptima temporada han dicho adiós a Usun Yoon, nunca sabremos si por decisión propia o por obligación. La marcha de "la de Utrera" es un síntoma de en la evolución del programa, ya que no queda sitio para el humor sin política. Sus entrevistas surrealistas, tan celebradas en los últimos años, se han quedado sin espacio en este informativo satírico.
Wyoming sabe por su carrera que cuando estás en un punto más alto llegan las presiones habituales "desde arriba" y te cierran el chiringuito.
Wyoming ya se quedó sin El peor programa de la semana en La 2, tras invitar a Quim Monzó, que acababa de ridiculizar a la Infanta tonta-la otra es la ladrona. Wyoming se quedó sin Caiga quien caiga tras las presiones del Gobierno Aznar, cuando los primeros años se rifaban sus Ministros por quedarse una de las gafas de los hombres de negro.
Ahora Wyoming sabe que la Sexta es propiedad de Lara, que este ha aguantado y va a seguir aguantando un año más-en otoño El Intermedio vuelve-, pero está en peligro.
Lara es el "hombre en los medios" de Rajoy, y cuando se encaren las próximas Elecciones Autonómicas y Generales El Intermedio puede ser un programa molesto para el PP. Su octava temporada puede ser la última. ¿Con ocho basta?
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