A los programas políticos, tan de moda en estos tiempos, están evolucionando muchas veces en espectáculos circenses. No hay más que ver al oráculo Risto Mejide mostrándonos el camino a seguir el sábado pasado en El gran debate. Todos los medios destacan el titular del polémico jurado; "Han convertido la política en el nuevo Gran Hermano". ¿Eso qué coño quiere decir?
Nadie lo sabe pero todos lo destacan. El caso es que en un programa donde debaten periodistas y entrevistan a políticos, llevan a un sujeto demagógico para que cuente las verdades del barquero.
¿Por qué no fichan a Cárdenas para que nos cuente que todos los políticos son unos ladrones?
Por cierto que la multitud de espacios de debate político está haciendo que algunos tertulianos estén fichando por programas de entretenimiento. Es curioso ver debatir en De buena ley a Enric Sopena, Alfonso Rojo, Alfonso Merlos, Isabel Durán o Jaime González. Son periodistas supuestamente serios que se lanzan al coloquio con actores de pago, ya que el programa es una simple representación de juicios reales con actores. ¿Debe un periodista que pretende ser serio zambullirse en estos lodos?
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