A las cinco y cuarto de la tarde Telecinco interrumpía la emisión de Sálvame para conectar con los servicios informativos de la cadena. Pedro Piqueras informaba del fallecimiento de la periodista Concha García Campoy a los 54 años, víctima de la leucemia.
Las muestras de condolencia a su familia no han cesado desde que se conoció la noticia. Desde compañeros de profesión hasta grandes personalidades, pasando por sus seguidores desde las redes sociales.
Tras año y medio de lucha contra el cáncer Concha fallecía en un hospital de Valencia. Concha saltó a la fama en los ochenta presentando la primera edición del Telediario-junto a Las mañanas de Radio 1-. Posteriormente ejercería su carrera en la radio comenzando con el exitoso A vivir que son dos días en la Cadena SER. De ahí dio el salto a Onda Cero con el programa Noches de radio y más adelante con La Brújula, de la que fue apartada por el PP que entró como un elefante en una cacharrería para enchufar a alguien de su cuerda-Antonio Jiménez junto a Victoria Prego, esta última por presiones de Pedrojota-. En el año 99 fue relegada a la conducción de Hoy es domingo, hasta que se crea Punto Radio y su compañero y amigo Luis del Olmo se la lleva del brazo para encargarse de las tardes de la cadena de Vocento. Abandona tras dos temporadas esta cadena para volver por la puerta grande a la televisión; Cuatro le ofrecía Las mañanas de Cuatro. Un programa que comenzó con unos flojos datos-que supuso la eliminación de varias secciones y la reducción del horario del programa-. Pero luego se asentó este espacio durante unas temporadas como tertulia política del mediodía. Cuando Mediaset entró en Cuatro a Concha la apartaron de este espacio para ofrecerle el Informativo matinal de las ocho de la mañana en Telecinco, en la que los resultados fueron discretos. Volvía años después al canal donde presentó La gran ilusión, un ambicioso espacio de cine español que impulsaban Luis Alegre-brillante agitador cultural y director del programa- y su posterior novio y productor Ándres Vicente Gómez-un productor lleno de enemigos, como pudimos ver en el programa con la polémica entrevista a Juanjo Puigcorbe-. El programa no funcionó correctamente y se mantuvo en emisión tres temporadas pero cambiando la cita semanal para convertirse en un programa mensual.
En los últimos tiempos Concha ejercía de portavoz de la Academia de la televisión y tuvo que aguantar junto a su pareja todos los problemas que este ha tenido en los últimos años.
Andrés fue para muchos el ejemplo de productor "a la americana" en España. En los ochenta y los noventa produjo algunas de las cintas más exitosas de nuestro país-como la oscarizada Belle Epoque-. Pero las guerras en el mundo del cine español eran evidentes, como la guerra pública contra Almodovar, que se produjo en el transcurso del rodaje de Matador, y que acabó con director y productor tirándose los trastos a la cabeza. Pero con el divorcio profesional no acabaron los problemas, ya que Almodovar acusó a Andrés de manipular los premios Goya-con el escándalo de ¡Átame!, que se fue de vació mientras Andrés fue le principal triunfador con ¡Ay, Carmela!-.
Aunque los problemas que sufrió Concha junto a su novio fueron con la quiebra de su productora de cine. En los noventa solo la entrada de Telefónica con treinta millones de euros evitó la caída de Andrés-en esos años el productor tenía excelentes relaciones con el PP e incluso se filtró que la ley del cine él la dictó "al dedillo"-. Volvió a arruinarse unos años después y encontró a "El Pocero" como salvador, dándole este oportunista un crédito con un cero por ciento de interés.
Pero en el año 2007 Andrés veía quebrada su compañía tras el fiasco de Manolete-un proyecto de 20 millones de euros que se paralizó varios años hasta estrenarla de manera amateur-. Las demandas por impagos no tardaron en llegar y ahora Andrés ha dejado de ser "el capo" en el mundo del cine-Imanol Arias y Juanjo Puigcorbé denunciaron publicamente que este señor los vetó durante años- para convertirse en un productor menor-en los últimos años apenas ha producido La chispa de la vida, tras reconciliarse con Álex de la Iglesia, un director que dejó de trabajar para Andrés echando pestes de este tras el fallido proyecto Fumanchú en el que el productor lo engañó-
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