Necesitamos un "relaxing café con sal" para vomitar la etílica noche sabatina, que se nos atragantó por tercera vez en los últimos años. El culpable de nuestra decepción es una macrocampaña informativa eufórica, que daba por claro ganador-hasta en primera ronda- a Madrid. Como le pasa a la prensa merengue con "la décima", ha pasado que vendemos la piel del oso antes de cazarlo.
Algunos como ABC le escupen a Pedrojota la portada de miércoles, donde aseguraba que habría un mínimo de 50 votos para la capital española. El director de El Mundo se ha vengado diciendo que ABC este miércoles decía que nuestro suelo eran 35 votos. Solo obtuvimos 26 y fuimos superados hasta por Estambul. Europa nunca podrá competir contra Estados Unidos; allí hay un sentimiento común, aquí todo menos eso. Que se lo digan a los fracasados franceseses, que promovieron en las sombras el voto antiespañol ante una eventual candidatura de París en 2024. La navajada es evidente.
Hoy tenemos ración de mil excusas; austeridad mal digerida por el COI, el fácil dopaje en España con la complicidad del poder-Marta Domínguez o Contador defendidos por la prensa y los políticos ante las evidencias-, la imagen del exterior en la crisis..... Seguramente no era el momento idóneo. Al menos el PSOE que está por primera vez en el último lustro como fuerza más votada en las encuestas, no ha querido hacer sangre con la lamentable imagen de nuestros políticos-no como hizo el PP hace cuatro años que echó la culpa a la política exterior de ZP-; Ana Botella-una evidente puntilla a su corta carrera política tras el Madrid Arena-, Nacho González o Rajoy. Tres sujetos puestos a dedo por sus antecesores y tres caras que no estaban a la altura para un país tan maravilloso como España.
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