A Iker Casillas se le acaba "la protección de PRISA"; El País destapa su guerra "a lo Arantxa Sánchez Vicario" contra sus padres




Iker Casillas siempre ha recibido un especial cariño desde el Grupo PRISA; la Cadena SER siempre le ha tratado bien, al igual que Canal + o el Diario AS-incluso César Sánchez discutió una noche con Tomás Roncero por haberle criticado con saña a él para colocar a Casillas titular-.
Ahora la protección se ha terminado, ya que El País ha destapado sus guerra contra sus padres, ya que el portero habría revocado los poderes de sus padres en sus empresas. El artículo destapa la tensión entre padres e hijo, la negativa de Iker a darles entradas para ir al Bernabéu-los padres eran invitados por Florentino- y los cinco millones de euros que le ha tenido que dar a este a sus padres para que saliesen de estas empresas. Esto siempre acaba igual; el hijo robado y los padres avariciosos llevándose todo, como le pasó a Arantxa Sánchez Vicario;



Solo siete días antes de lesionarse en la mano, el 17 de enero, Iker Casillas decidía, según consta en el Registro Mercantil de Madrid, revocar los poderes que sus padres, José Luis Casillas y María del Carmen Fernández, tenían en la sociedad Ikerca S.L., constituida el 21 de septiembre de 2000. A sus 32 años el futbolista consideró que había llegado la hora de asumir el control de sus negocios, hasta entonces en manos de sus progenitores. La decisión de excluir a sus padres, formalizada el pasado enero, venía fraguándose desde la última Eurocopa. Ikerca S.L., con un activo de 13.126.299,38 euros, es una sociedad patrimonial y de imagen. Con ella, Iker Casillas y sus padres han realizado durante los últimos años importantes inversiones inmobiliarias, en su mayoría con pisos, y han gestionado los derechos de imagen y publicidad que genera el portero.


Llegada la hora de reordenar su patrimonio y establecer nuevas fórmulas para gestionar los ingresos que genera fuera del terreno de juego, Iker Casillas decidió reestructurar la sociedad. Durante los ocho meses en que ha estado apartado de los terrenos de juego, primero por una lesión y luego por decisión técnica, el futbolista ha sufrido ese otro calvario: negociar con sus padres su salida de la empresa.

Es la historia de muchos futbolistas. Dan sus primeros pasos en el fútbol de la mano de sus padres, que cada tarde les llevan a entrenarse en campos de barro con la esperanza de que algún día triunfen. Cuando lo hacen, los padres se convierten en sus administradores y esperan que esta situación perdure en el tiempo. Ellos abandonan su vida profesional para cuidar de sus hijos. El éxito de sus hijos es también el suyo, y su patrimonio se considera un asunto de familia. A menudo estalla el conflicto cuando los verdaderos protagonistas tratan de independizarse. El caso de Casillas es singular por tratarse de una gran estrella con un importante patrimonio.


El círculo íntimo de Casillas

José Luis Casillas trabajaba en el País Vasco cuando nació Iker y por eso le puso un nombre vasco. Lo mismo hizo cuando llegó al mundo Unai. Funcionario de profesión, el patriarca de la familia dejó todo para velar por la carrera del portero al igual que su mujer, María del Carmen. La relación padres-hijo ha sido muy tensa en los últimos meses. Iker es muy familiar y siente devoción por su abuelo.

El jugador ha llevado con gran discreción el conflicto familiar, pero se ha alargado tanto en el tiempo que esconderlo ha sido imposible. En el club y en algunos ambientes futbolísticos era un secreto a voces que los Casillas estaban enfrentados y que había en juego importantes cantidades de dinero y una amenaza de demanda millonaria. Un ejemplo que ilustra la tensión vivida: la relación se deterioró tanto, que durante un tiempo los padres del jugador no podían disponer de las entradas para ver los partidos que el club facilita a los jugadores. El padre de Casillas tuvo que acudir invitado, en varias ocasiones, por Florentino Pérez al palco de honor del Real Madrid.

José Luis Casillas ha hablado con EL PAÍS sobre este asunto pero no quiere que sus palabras sean públicas. Él se siente orgulloso del trabajo que ha hecho con el patrimonio de su hijo y le devuelve el dinero ahora que tiene 32 años y va a ser padre. El representante del jugador, Carlo Cutropia, con quien también se ha puesto en contacto este periódico, cree que lo mejor para Iker en este momento es pasar página y centrarse en su carrera deportiva. Todo ello una semana después de que el portero del Real Madrid haya pagado a sus padres el 40% del valor de la sociedad que compartían —algo más de cinco millones de euros— y les haya cedido otros importantes bienes inmuebles.

“Casillas ya no tiene un problema con sus padres. El problema está zanjado”, dice una persona de su círculo más íntimo, que ha compartido con él los detalles de la negociación y los momentos de tensión.



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