Espejo público sufre un sabotaje en directo por hacer negocio del dolor ajeno
"Íbamos a hacer una entrevista pero ha llegado un individuo y nos ha cortado el cable para que no pudiéramos llevar la conexión a cabo", decía ayer Nacho Abad para justificar la imposibilidad de entrevistar a la madre de la asesinada en Tárrega (Lleida).
Un vecino cortó espontáneamente los cables del equipo, por lo que el programa más negro de nuestra televisión no pudo ganar décimas a costa del morbo barato, de la especulación, del charco de sangre, del amarillismo y de la desvergüenza. Es el último reducto de telebasura en la familiar Antena 3.
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