En alguna entrevista Vasile ha admitido que al estar la directiva de Mediaset tan pegada al sector internacional, han sufrido en algunos formatos "adelantarse a su tiempo". Hace unos años Telecinco programó Dutifrí o U24, docu-shows que pasaron sin pena ni gloria. Poco después de retirarlos se produjo una fiebre en el mundo del docu-show.
Seguramente algo parecido temió para no aceptar la versión de Top Chef en 2011, cuando la cadena disponía de sus derechos. Poco después llegó Chicote a la Sexta y barrió e hizo lo mismo MasterChef en La 1.
Ahora Mediaset ha decidido encargar un reality culinario para Cuatro. Deja sitio para el postre estará conducido por uno de los referentes de la repostería en nuestro país, Paco Torreblanca.
A este le vendrá de perlas este formato, ya que el pasado junio declaró su empresa en concurso voluntario de acreedores.
Es curioso que muchos cocineros han llegado a la televisión cuando profesionalmente y económicamente peor estaban. Fue el caso de Arguiñano.
Karlos en los ochenta era un vanguardista de la cocina vasca, y según ha admitido en numerosas entrevistas estaba "arruinado" cuando la televisión llamó a su puerta. Arguiñano dejó la vanguardia y se hizo millonario cocinando de mil maneras las lentejas de la abuela.
Tampoco iban bien las cosas para Alberto Chicote cuando le llamó la Sexta. Acababa de reñir con su socio y dejaba atrás su renovación de la cocina madrileña en los restaurantes Nodo y Pandelujo. Su socio Benjamín Calles hizo reforma en ambos locales y renovó la carta para hacer olvidar a Chicote. Este por su parte se introdujó con éxito en el mundo de la televisión.
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