Belén Esteban estalló este pasado sábado y contó toda su verdad en el plató de Abre los ojos y mira. La de San Blas ayudó al programa a alcanzar su dato más alto de su corta pero penosa trayectoria al programa de Emma García-transcripción PD-;
"Yo acabé tumbada en un sillón todo el día sin ganas de nada. Las únicas ganas que tenía eran de ponerme más", cuenta en el libro.
La adicción llegó a tal punto que "solo pensaba si mañana tendría para ponerme".
"En '¡Más que baile!' me metía antes de salir. ¡Eso es una barbaridad! Una mañana me fui a rezar a san Judas y le imploré que me ayudara y que me diese fuerzas. Desde ese día no he vuelto a ponerme más, y lo he tenido muy a mano, pero no pienso volver a recaer", cuenta, aunque reconoce es difícil porque "en este mundo hay mucha droga, te la ofrecen por todos lados".
"En este país es muy fácil drogarse y no es nada caro. ¿Qué vale una pastilla?, ¿tres euros? Así se engancha a muchos jóvenes. Son gentuza", espeta en su libro la colaboradora de 'Sálvame' que, pese a todo, sigue frecuentando un círculo de amistades en el que le resultará muy difícil no recaer.
"Yo tengo miedo a salir porque la droga está por todos lados y sé que voy a casa de personas que tienen gramos hasta debajo del cenicero y que me van a ofrecer... en mi mano está decir que no", relata.
"Mi hija me ha regañado mucho, pero ella no ha visto nada"
"Para Andrea no existe Jesulín. Mi hija no me pregunta nunca por su padre, sabe quién es sólo porque se lo he contado"
"Y, claro, yo me callo, pero, vamos, que yo podía coger a cuatro o cinco y darles un bote de orina. ¿Me entiendes?", contestaba.
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