Publica Periodista Digital un adelanto del libro de César Vídal No vine para quedarme;
Alguno de los directores me avisó entonces de que Dieter Brandau en un par de años habría aniquilado la televisión... fue generoso.
Vidal atribuye a Brandau, así como al director actual director de esRadio, Javier Somalo, gran parte de la responsabilidad de la situación en la que se sumió LDTV:
Como director de la televisión de Libertad Digital demostró ser una verdadera plaga bíblica.
Poco después se producía la salida de uno de los principales fundadores de la empresa, Alberto Recarte. El autor de 'No vine para quedarme' dice que la respuesta a por qué dejó de ser presidente del grupo es tan simple como que "no deseaba seguir siéndolo". Ante la continua degradación de la televisión, que se había convertido en un lastre para el conjuro del Libertad Digital, Vidal cuenta que buscó un posible comprador. Este fue la norteamericana TBN.
Según cuenta, cuando dio a Federico Jiménez Losantos la noticia de que la operación salía adelante, este le dijo:
Te prometo,César, que en cuanto cobremos el dinero de la televisión lo primero que vamos a hacer es volver a subir de nuevo el sueldo a los trabajadores.
Dicha promesa no se vio cumplida.
Cuenta que "algo había cambiado" hacia él en el grupo tras la venta de la televisión, y que fue objeto de diversas maniobras como no incluir sus artículos en periódicos en los resúmenes de prensa o que incluso se llegó a recriminar a alguien que escribiera una reseña sobre uno de sus libros.
Relata que Federico Jiménez Losantos le exigió que despidiera tanto a su guardaespaldas, cuyo sueldo pagaba el propio Vidal, como a miembros de su equipo. Aunque no le hizo caso, en el caso de los colaboradores de Es la noche de César decidió no replicarle:
Sabía por experiencia propia que Federico tiene muchas cualidades, pero entre ellas no se encuentra la de escuchar lo que no le gusta oír.
Finalmente, escribió una larga carta, diez páginas, a Jiménez Losantos con propuestas de cambios en la gestión de esRadio, propuestas que no fueron atenidas. De hecho, el director de Es la mañana no le respondió. Decidió dar por terminada su etapa en el Grupo Libertad Digital. Pero las acciones contra él no terminaron:
Y por si todo lo anterior no fuera poco, uno de los personajes que más estaba contribuyendo a llevar a EsRadio a la ruina arrancó en un acceso de furia mi retrato de una de las paredes y lo lanzó contra el suelo [Un ex trabajador de Libertad Digital revela quién arrancó el retrato del 'desterrado' César Vidal]. Fue el paso previo a sustituirlo por un póster u a borrar mi nombre entre todos aquellos que habían fundado EsRadio. Como narra Orwell en 1984, también las fotos desaparecían en EsRadio intentado reescribir la historia.
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