Tras su abrupta salida de EsRadio, César Vidal ha optado por ajustar cuentas con Federico Jiménez Losantos y sus antiguos compañeros de emisora. Lo hace en No vine para quedarme. Memorias de un disidente (Plaza & Janés), obra en la que Vidal explica la pésima gestión económica de un grupo de comunicación cuya supervivencia “puede volverse muy delicada en poco, muy poco tiempo”.
Posible final de EsRadio
De hecho, el periodista que hasta el pasado mes de septiembre se había caracterizado por ser el escudero más fiel de Federico Jiménez Losantos, alerta de que EsRadio podría cerrar si de forma urgente no se “recortan los gastos innecesarios; se despide a gente incompetente que sólo ha demostrado ser ducha para la intriga, para despedir a los capacitados y colocar a los suyos, y no se reforma el departamento de publicidad”.
El ambiente en EsRadio
Además, en No vine para quedarme. Memorias de un disidente César Vidal no tiene reparos a la hora de reconocer el pésimo ambiente de trabajo en la emisora que fundaron tras ser despedidos de la COPE. Así, Vidal presenta una radio en la que se realizan “purgas sobre la base de criterios de servilismo”, se asciende a “gente mediocre, pero dócil”, se “lanzan cables al Partido Popular” y la “censura” está a la orden del día.
Mal recuerdo de sus excompañeros
Por si esto fuera poco, César Vidal también afea a Losantos su incapacidad de “escuchar lo que no quiere oír”, crítica con vehemencia a periodistas como Dieter Brandau y Javier Somalo (a los que presenta como unos pelotas de Jiménez Losantos) y se avergüenza de haber compartido tribuna con gente como Pío Moa (a quien llega a calificar como un “apologista del franquismo”).
Los pasajes más polémicos
Por su interés informativo, ELPLURAL.COM reproduce íntegramente algunos de los pasajes más controvertido de No vine para quedarme. Memorias de un disidente, una obra en la que César Vidal también critica al Gobierno de Mariano Rajoy y presenta a los voluntarios de Cáritas como “gente a los que les importan una higa” los niños necesitados.
Sobre Federico Jiménez Losantos: “Sé por experiencia propia que Federico tiene muchas cualidades, pero entre ellas no se encuentra la de escuchar lo que no quiere oír”.
Sobre la campaña que realizaron en la COPE de recogida de juguetes: “A la gente de Cáritas, que quizás habían ido a misa aquella misma mañana e incluso se había acercado a comulgar, los niños necesitados no les importaban una higa”.
Sobre Pío Moa: “Carece de una formación histórica formal, y ha asumido el papel de apologista del franquismo. (…) Es un reaccionario espeso de los que se cree que amar a España es inventarse una Historia rosada y despreciar al resto de las naciones”.
Sobre el Gobierno de Rajoy y su política económica: “La realidad, tras año y medio de gobierno, ha sido que esa situación (económica) no ha mejorado. A decir verdad, existen datos macroeconómicos que indican que ha empeorado y que tan sólo caminamos por el filo de la navaja (…) Para colmo de males, la disparatada política fiscal perpetrada por Montoro no ha servido para recaudar más ni para sacar a España de la zona de peligro. Por el contrario, la ha hundido más en la deuda y en la crisis, arrastrando a miles de empresas a su destrucción y a otro millón más de ciudadanos al desempleo”.
Sobre Dieter Brandau (presentador de EsRadio y exdirector de Libertad Digital Televisión): “De Dieter como periodista se puede pensar lo que se quiera. Algunos consideran que es un chico con chispilla y poco más. Otros lo ven inseguro y, por ello, tendente al despotismo. Yo, personalmente, lo he contemplado siempre como alguien voluntarioso y trabajador que si un día decidiera instruirse y tener un mínimo criterio propio quizá podría llegar a algo. Ahora bien, como director de la televisión de Libertad Digital demostró ser una verdadera plaga bíblica”.
Sobre su salida de EsRadio: “En apenas unas horas, mis colaboradores fueron despedidos sin tener en cuenta ni su valor ni sus méritos ni los servicios rendidos a la casa. Mi equipo fue descuartizado y a aquellos a los que se consideró que podían tener más relación conmigo se les puso directamente en la calle (…) Y por si todo lo anterior fuera poco, uno de los personajes que más estaba contribuyendo a llevar a EsRadio a la ruina arrancó en un acceso de furia mi retrato de una de las paredes y lo lanzó contra el suelo”.
Sobre el ambiente de EsRadio: “Me fui enterando de las purgas que se habían realizado en la casa siempre sobre la base de criterios de servilismo y nunca de competencia; examiné uno por uno los ascensos que habían tenido lugar y que habían recaído por regla general en gente mediocre, pero dócil; supe los cables que se habían lanzado al PP prometiendo que quien me sustituiría por la noche en la dirección del programa sería alguien mejor mandado; se me informó de aquellos que habían buscado un trabajo oficial en el aparato del PP aunque, la verdad sea dicha, sin conseguirlo y, por supuesto, constaté una y otra vez la censura que se ejercía en el interior de la casa sobre mi persona”.
Sobre la pésima gestión de EsRadio: “En los últimos meses, fui viendo una y otra vez cómo la radio estaba siguiendo el trágico destino de LD TV. La gestión era, como mínimo, discutible; los salarios de la gente no había vuelto a subirse a pesar del cobro (de la venta) de la televisión; los gastos injustificados seguían sumándose; el departamento de publicidad seguía siendo intangible a pesar de que no destacaba por su eficacia, y un dúo, digno de una película italiano de los cincuenta, escoltaba todos los días a Federico para llevarlo a un despacho donde, sin duda, le instaban a la santidad y las buenas costumbres”.
Sobre el futuro de EsRadio: “¿Sobrevivirá EsRadio? Lo hará si, efectivamente, recorta los gastos innecesarios; si despide a gente incompetente que sólo ha demostrado ser ducha para la intriga, para despedir a los capacitados y colocar a los suyos, y si de una vez reforma el departamento de publicidad. De no darse esas tres condiciones, su situación puede volverse muy delicada en poco, muy poco tiempo. Yo, por mi parte, no puede hacer más para remediarlo pagando un tributo muy oneroso. Gracias a Dios, esa batalla dejó de ser la mía el 12 de julio de 2013”.
Vía: El Plural
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