Pedro J. Ramírez, "el liberal", pide el rescate de Unidad Editorial por parte del Gobierno

Pedrojota Ramírez ha pedido ayudas del Gobierno a los editores de prensa. Que raros son estos liberales españoles; el mismo Pedrojota que aplaudía con las orejas el cierre de Canal Nou, ha ayudado con su productora a agravar la deuda de la autonómica. Con Telemadrid pasa algo parecido. El director de El Mundo también sigue recibiendo duros artículos por parte de El Economista, que ahora ha decidido incidir en su estrategia digital.

Los liberales subvecionados españoles son una tropa que vive a las faldas de Esperanza Aguirre. Su máxima representación sigue siendo Jiménez Losantos, que tiene una radio gracias al dedo de su amiga. Federico además tiene un digital que ha sido publicitado gratis total durante años en la emisora de la Conferencia Episcopal. Y la ruina de la radio se la ha pagado la televisión, ya que las ventas de las licencias públicas le han dado dos millones de euros. La ruina de la radio se paga con esto y con la generosa publicidad institucional que proviene de la Comunidad de Madrid. Es decir, que a Federico sus sectarios negocios se los pagan todos los madrileños. Es decir, que Federico "el libegal", cree en el intervencionismo y en las dádivas socialdemócratas cuando a él le interesan.

Habría que recordar cómo Federico ganó las licencias de televisión y radio en la Comunidad de Madrid. En la de radio, que estaba valorada en tres millones de euros, llevaba emitiendo la COPE dos décadas. Fue una operación que le salió mal a Esperanza, ya que pensaba que la emisora episcopal mantendría a Federico en La Mañana gracias a esa importante licencia, que además repercutiría beneficios económicos a su bolsillo. Pero la COPE dijo "no" y Federico se tuvo que buscar la vida con las radios piratas. Hasta ahora que han adquirido las de Punto Radio, la COPE no ha vuelto a tener una óptina señal en Madrid.

Las de televisión fueron igual de escandalosas, en un concurso claramente amañado, que fue denunciado por ello. Esperanza se negó a dar licencia a cadenas históricas que llevaban muchos años emitiendo; Canal 33, Localia o Tele K. A cambio repartió las señales entre amigos; la iglesia, Federico, Enrique Cerezo, Frade, Intereconomía, El Mundo... Este sectario reparto nos ha llevado a un desolador panorama en Madrid, donde abundan las brujas y teletiendas y escasea la información local. La única cadena que sigue tal cual es 8 Madrid de Enrique Cerezo, que rellena su parrilla con cine de su propiedad y porno de madrugada. Si no llega a ser por la ley de ZP en el Senado que aseguró la supervivencia de canales históricos como Canal 33 o Tele K, la programación madrileña se hubiese quedado en exclusiva en la cada vez más residual Telemadrid.