La ambigüedad calculada con la independencia que han utilizado durante décadas PSC y Ciu hoy no es posible. Por eso ha sido obligatorio echar las cartas arriba y el PSC se ha desmarcado del independentismo, como debe ser si quiere seguir hermanado con el PSOE, un partido que a día de hoy puede ofrecer como mucho una lucha por el federalismo, que daría a Catalunya aun más dosis de autogobierno. Pero sí decimos que el PSC hace bien desmarcándose del proyecto suicida de Mas, también debemos señalar que hace mal castigando a los tres diputados díscolos, ya que el partido en su programa electoral ponía una vela en Dios y otra en el Demonio. Mientras la caverna periodística madrileña pide expulsión para los tres independentistas. ¡Qué país!
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