Un patético paripé



El ridículo desarme de ETA ha supuesto una decepción entre los que creían que el final definitivo estaba cerca. La banda terrorista mostró a los verificadores internacionales escasas pistolas, detonadores y explosivos. Cuando la policía española detiene a una banda rumana de butroneros que asaltan joyerías, encuentran más arsenal. Encima nos hemos enterado que ETA se llevó las armas después de mostrarlas-aunque nos queda el consuelo de que prometieron no usarlas- y que los verificadores solidarios trincan por servicios como estos.

Solo desde el paternalismo estúpido del nacionalismo vasco o desde círculos cómplices y ansiosos por un fin que ciertamente parece cerca, se puede creer en el paripé estúpido del pasado viernes. Esta patraña no ayuda nada al definitivo proceso de paz definitiva, al que han colaborado todos los sectores de la sociedad vasca. Si ETA "lo deja", Euskadi dejará de sufrir esta eterna transición democrática que solo finalizará cuando los vascos puedan votar sin las pistolas encima de la mesa.

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