Quinto capítulo de El Príncipe, serie que sigue con su sobriedad; guiones decentes, tramas novedosas en la ficción española-el yihadismo-, mucha sensualidad, una pizca de violencia, un reparto digno y varias interesantes localizaciones, que por fin no se encuentran en el saturado Madrid. Pero ayer El Príncipe patinó con dos errores de manual.
El primero ocurrió nada más comenzar el capítulo; el toque sensual y sexual con decoro no está nada mal y hace aportar picante a una serie policiaca. Pero de ahí a que nos enseñen desnudos baratos y metidos con calzador en el guión para mostrar carnaza, media un abismo. Primero se centraron en los pechos de Hiba Abouk en la ducha, y después las amigas del personaje de Hiba se quitaron la parte de arriba del bikini para volver a calentar el ambiente. Ni en el casposo cine del destape nos encontrábamos con situaciones tan ridículas como para mostrar carne por mostrar.
Después el capítulo acabó demostrándonos que vivimos en un país sin una industria cinematográfica con expertos en efectos especiales; lo siguen haciendo de pena. En el capítulo de ayer explotó un yihadista con una bomba y solucionaron las consecuencias con diez kilos de polvos de talco tirados por la calle y con un poco de ketchup en la cara del personaje de Coronado. En la escena murió un personaje secundario y el personaje que interpreta Álex González estará en coma un par de capítulos, con la intención de mantener intrigadas a las espectadoras adolescentes que se forran las carpetas con su careto. No se puede resolver peor una situación. Lamentable.
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