"Estó ya deberá acabarse tarde o temprano, mi mujer se queda sola una media de 150 días al año". Esto es lo que piensa Antonio Lobato, el narrador de la Fórmula 1 en nuestro país en la última década. El periodista asturiano se encontró de rebote como narrador de un deporte que desconocía, ya que fue el encargado de "comerse el marrón" como jefe de deportes de Telecinco. Pero el deporte menor pasó a ser mayoritario, gracias al boom de Fernando Alonso y Lobato pasó a convertirse en uno de los peridistas deportivos mejor pagados de nuestro país.
Nunca tan poco talento se había cobrado tamaña recompensa. Y encima Lobato tiene la cara dura de quejarse de su trabajo "en la mina". En un país con seis millones de parados es infame que este pájaro quiera darnos pena. Y si quiere irse que se vaya pronto y así dejaremos de aguantar las babosas narraciones peloteriles a Alonso.
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