Instalados en la mentira




Las cadenas supuestamente progresistas siguen importando y adaptando "basura yankee". Anoche la Sexta estrenó El Jefe Infiltrado, que conquistó un éxito absoluto, al convertirse en el mejor estreno de la historia de la Sexta; 18% de share en su segundo episodio-contraprogramado por cierto- y más de tres millones de espectadores. El programa consistía en que un directivo de una empresa se disfraza para hacerse pasar por un trabajador raso y así desentrañar posibles problemas del negocio.

Los niveles de cinismo a los que llegaron son lamentables. En el primer programa, el director de Domino's Pizza "se cayó del guindo" y descubrió que los moteros repartidores no cumplen con las leyes de tráfico. ¿En que planeta vivía este señor para no saber que los repartidores de comida rápida hacen slalom de coches en cada trayecto? En el segundo programa otro directivo se molestó porque un trabajador fumaba llevando el camión de la basura. Bronca hipócrita y campaña publicitaria gratis para la empresa, mientras que la Sexta gana espectadores con el circo.

Más falso aun es Un príncipe para Laura, que repitió los patrones y montajes de la primera edición. Esperaba Cuatro mejor resultado; apenas un 7% de share. Incluso la propia Laura Parejo ha afirmado en una entrevista que "hay una cosa del programa que no me creo". Montaje puro. Tanto situaciones como la edición de vídeo posterior.

Hasta el español que no tenga dos dedos de frente sabe que esas fulanas que exponen mercancía en Mujeres y hombres y viceversa no tienen necesidad de "ligar" en televisión-no cómo los abuelos de Juan y Medio-. La supuesta telerrealidad está derivando en una mentira máxima, al igual que la televisión americana. Hacia ese camino vamos.

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