Las "jetas" de Doña Letizia le pueden pasar factura a la monarquía



Después de caso Urdangarín, del incidente del monarca con Corinna y los elefantes en África y del libro de Pilar Urbano sobre la participación de nuestro jefe de Estado en la Operación Armada, ahora otro nubarrón se cierne sobre el techo de la Zarzuela. Lo recalca el periodista monárquico José Antonio Zarzalejos en El Confidencial;

Traigo a colación la respuesta de Fernando de Meer porque verbaliza un criterio que hasta ahora se ha mantenido en los mentideros pero que se ha tratado muy discretamente en los medios: la conversión de la Princesa de Asturias y de sus supuestos comportamientos no idóneos en función de la responsabilidad que ostenta como argumento de peso para alentar la continuidad del Rey en la Jefatura del Estado.

Hay párrafos del artículo de Fernando de Meer que convierten a Doña Letizia en un problema de Estado: “Una princesa de Asturias no tiene derecho a poner una mala cara o a enfadarse en público. Quizá, más exactamente, no tiene derechos. No es una funcionaria que busca un largo fin de semana; aunque necesite dedicarse a su marido y a sus hijas, y en ellos encontrar su descanso con una actitud de correspondencia por parte de Felipe”.

En fin…todo el texto es una auténtica perla que, al margen de otras consideraciones, demostraría que en el monarquismo español no hay ideas claras y sobre él planea una confusión que mixtifica los argumentos y coadyuva a dificultar un buen diagnóstico y una correcta solución. El propio Fernando de Meer confiesa que “desde hace algo más de un año el Reino de España vive como una monarquía dual (…) porque (el Príncipe de Asturias) vive como Rey sin serlo”, no obstante lo cual el historiador insta a Don Felipe a “que actúe bien en tres cuestiones: no tener prisa en ser rey –es decir, no contrariar a su padre–; ayudar con sugerencias –sin imponer– a la Princesa de Asturias a ser “Alteza real” (sic) y no “personas privada” (sic), y conocer a fondo y servir a todos los españoles”.

Que cada cual saque de estas frases las conclusiones que tenga por conveniente. Las mías, después de leer este trabajo y de haberlo leído en Nueva Revista, se instalan en la perplejidad.







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