La extrema derecha europea está de enhorabuena por los resultados de ayer en las elecciones europeas. Destacó, como siempre, Marie Le Pen, que logró convertir a su partido en el más votado de Francia. En Dinamarca un partido xenófobo también fue el más votado del país, mientras que en Holanda o Grecia similares formaciones subieron hasta el tercer puesto.
Otras fuerzas filofascistas consiguieron subir en Reino Unido, Austria, Hungría o Alemania, donde Merkel ganó por la mínima, con subida de sus socios socialistas.
En España están lejos de conseguir triunfos similares y apenas hay unos reductos involucionistas o xenófobos. La gran vencedora de partidos de extrema derecha fue anoche Falange española de las JONS, que duplicó resultados hasta lograr 21.500 votos. Es decir, que ni multiplicando su resultado por diez habría obtenido eurodiputado. Este partido lideró, pese a su austeridad y sus escasos seguidores, el voto extremista en nuestro país, quizás más como voto antisistema que por conocimiento de los actuales promulgados de la formación radical.
Rafael López-Diéguez apuntó un fracaso más a su larga lista, ya que Impulso social logró 17.000 votos, por los 19.000 de Alternativa española hace cinco años.
La España en marcha, coalición de tres grupúsculos neoconservadores, casi alcanza al anterior, mientras Democracia Nacional se quedó en 12.000 y Movimiento social republicano en 8.000.
Cifras irrisorias que se agrandan con la eterna división de estos proyectos, sumándose a las no comparecencias de Plataforma X Catalunya, Soluciona o España 2000.
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