La triste historia de la extrema derecha española en democracia(III); Los fenómenos populistas, de Gil a Ruiz Mateos pasando por Conde




Los fenómenos populistas

El colmo de los colmos en la corta democracia española fue el de Antonio Tejero, condenado a treinta años por el 23-F, que desde la cárcel se presentó en las generales del 82 para lograr una inmunidad parlamentaria que lo sacara de allí. Unos 30.000 descerebrados le apoyaron, pero no alcanzaron ni de lejos el mínimo para lograr tal voluntad.

El mismo modelo para evitar "la trena" lo conseguiría Ruiz-Mateos en 1989, cuando su partido logró más de 600.000 votos y dos eurodiputados. Logró la inmunidad penal y dejó de estar prófugo de la justicia tras sus delitos contra la Hacienda pública.
El empresario se presentó cuatro veces más a las elecciones y aunque ni de lejos repetiría esos resultados, logró cientos de miles de votos gracias a sus apariciones como "víctima" de González en medios de comunicación, aunque los del PP decían que se presentó tantas veces porque el PSOE se lo pedía para robarle votos a la derecha mayoritaria. Y su cercanía con el socialismo español se demostró cuando sus empresas aparecieron como beneficiarias en las tramas de los ERE en Andalucía.





Aunque sin duda el caso más famoso de populismo de extrema derecha fue el de Jesús Gil, que arrasó en las municipales de Marbella en el 91, logrando diecinueve de los veinticinco concejales posibles. Con sus lazos corruptos, su red clientelar y gracias la fuerza mediática del personaje, el fenómeno GIL se extendió a otras localidades de la Costa del Sol, llegándose incluso a presentar el propio Gil en horas bajas a las generales del 2000, donde sobrepasó las 70.000 papeletas.
El poder corrupto de Gil y los suyos fue tal que en 2005 el Ministerio de Trabajo informó que la mitad de la deuda municipal a la tesorería española era de ayuntamientos donde habían gobernado Gil y los suyos.

1 comentario:

  1. El fin como partido, "tendencia política" y tolerancia por parte del Estado hacia el GIL y su "capo" acabó cuando accedió a la presidencias de Ceuta y de Melilla en 1999.

    Por ser dos zonas muy "calientes" en política exterior para España por las reivindicaciones de Marruecos y por sus condiciones para tráficos ilegales varios el gobierno de entonces de Aznar sopesó los excesos en la gestión y el nivel de corrupción acumulada en Marbella desde 199. Y entonces se llegó a la "compleja" conclusión de que Jesús Gil y Gil impulsaba un proyecto nocivo para el Régimen de 1978.Y entonces la desgracia cayó sobre él como ciudadano y entidad política.

    Hipócrita y corrupta clase política de los partidos mayoritarios. Pero para suerte de España, desde el 25 de Mayo empezó a palparse la decadencia definitiva del PSOE y PP como opciones mayoritarias de los ciudadanos.

    Casos como el GIL son ejemplos de que hay necesidad de una III República que "resetee" el país y aprenda de sus errores de los últimos 30 años como democracia.

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