Bildu ha venido para quedarse en Navarra. La formación abertzale se ha convertido en una potente fuerza que en los próximos tiempos se puede convertir incluso en primera fuerza en una comunidad tradicionalmente conservadora.
La formación abertzale duplicó en la Comunidad Foral los resultados de Iniciativa internacionalista hace cinco años, pasando del 11% del voto al 20%, es decir, nueve puntos más y veinte mil votos nuevos. La subida se puede explicar por el voto de castigo de Navarra al PSN, que en el pasado "marzazo"-el amago de moción de censura a Barcina- perdió el poco crédito que le quedaba. Los socialistas van camino de convertirse en una fuerza residual, ya que en cinco años ha perdido 32.000 votos y 17 puntos en el viejo reino.
Muchos desencantados han votado a Bildu pese a no ser nacionalistas, en parte por castigar al PSN y en parte porque Bildu por desgracia se ha convertido en la única fuerza que puede tumbar a Yolanda Barcina y su corrupto Gobierno.
Pero para muchos no sería bueno para Navarra su abertzalización, ya que haría perder a la larga sus señas de identidad y la podría convertir en la cuarta provincia de Euskal Herría.
El problema es que el PSN ha dejado con sus dos décadas de errores un pasillo a la izquierda, donde ahora aparecen Bildu, el PNV disfrazado de progresista con Uxue Barkos para dejar de ser minoritario, Izquierda Unida y Podemos, que se convirtió en quinta fuerza en Navarra a apenas trescientos votos de Izquierda-Ezkerra.
Bildu tendrá difícil repetir resultados en las autonómicas navarras, ya que aparecerá Geroa Bai multiplicando por cuatro los habituales resultados del PNV, y quizás Podemos, la única fuerza progresista que puede frenar el imparable ascenso del abertzalismo en Navarra y la única fuerza que puede quedarse con los descontentos del PSN no nacionalistas.
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