El PP echa al entrenador del Canarias Basket por simpatizar con Pablo Iglesias



El Canarias Basket ha logrado la mejor posición de su historia, pero eso no ha sido óbice para que su actual entrenador Pedro Martínez, haya sido destituido. Y no por razones deportivas, sino por presiones políticas, ya que el club de baloncesto depende del Cabildo, que está gobernado por el PP. Y a estos pájaros les ha molestado que Martínez simpatizase en Twitter con Podemos y Pablo Iglesias.
Así lo cuenta el blog El Contraataque;

La mejor posición del club desde que participa en la ACB. 22 victorias en la liga regular que le empujaron a una quinta plaza. A diferencia del año pasado no fueron semifinalistas de la ACB aun quedando en la séptima posición. Afición entregada siendo una de las que más color dan a las gradas en las Copas del Rey; el ejemplo de identificación con su equipo repleto de jugadores nacionales que defienden una causa. Pabellón nuevo a estrenar, 11.000 butacas de capacidad siendo el aumento del número de espectadores por partido uno de los retos del club de cara a su consolidación como uno de los equipos más importantes de la ACB. Este es el legado del Gran Canaria, un equipo hecho a imagen y semejanza de su entrenador Pedro Martínez.
Después de cinco temporadas consecutivas en el club, es lícito que el Gran Canaria pueda plantearse un nuevo ciclo. Se puede juzgar si el entrenador actual es el idóneo para liderar el futuro del equipo de baloncesto.Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras, de ahí que el Gran Canaria pueda estar en su derecho de renovar o no el contrato de Pedro Martínez por razones deportivas. Se puede entender la reflexión a pesar que sea poco compartida con el resto, más cuando el entrenador es ya una institución en Las Palmas, al que consideran uno de los suyos por expresar fielmente el discurso del club y defenderlo tanto en la pista como en las ruedas de prensa, desde la pizarra a sus declaraciones.
Dentro del Gran Canaria el debate sobre la continuidad de Pedro Martínez está adulterado. La gran mayoría son partidarios de su continuidad, uno de ellos es Berdi Pérez, el director deportivo del Gran Canaria y que se ha convertido en uno de los confidentes de Pedro Martínez en el club. El otro es Joaquín Costa, el presidente del club, aunque éste no tenga ningún poder decisión y su opinión cambia en función sopla el viento, ahora lo quiere, mañana no, pasado quizás. Las discrepancias por la continuidad de Pedro Martínez se centran básicamente en dos personas, Lucas Bravo de Laguna, responsables de Deportes del Cabildo de Gran Canaria y Alberto Miranda, el Gerente del Gran Canaria y una de las personas de máxima confianza de Bravo de Laguna. La discrepancia por la renovación de Pedro Martínez está alejada de las razones deportivas, es más bien personal. La relación entre ambos es correcta pero distante, no hay malas palabras pero sí comportamientos ambiguos dentro de una corrección de formas.
Lucas Bravo de Laguna desde hace ya mucho tiempo tiene a Pedro Martínez entre ceja y ceja. Hay muchas cosas que le molestan del entrenador badalonés, una de ellas es su activismo en las redes sociales.Lucas Bravo de Laguna, como político del Partido Popular, tiene atravesada la ideología de Pedro Martínez a través de Twitter. Pronunciarse sobre los desahucios, el aborto y otros temas más espinosos. Los tuits y los retuits, por no hablar de los favoritos tienen más valor que el juego, los resultados y la satisfacción de la masa social. Ya no se trata de si Pedro Martínez es un buen entrenador, simplemente es el marginar y erradicar a aquel que piensa distinto. Y se ha llegado a un extremo que Lucas Bravo de Laguna está dispuesto a aumentar la aportación del Cabildo de Gran Canaria si se renuncia a renovar a Pedro Martínez avisando al club que el Cabildo reducirá su aportación si se decide aprobar la renovación del entrenador.
Muy peligroso el comportamiento de Bravo de Laguna. Por la utilización del deporte de una manera clara para recaudar votos que beneficien a su partido político. Peor aun cuando se hace en detrimento de la libertad de expresión y arrebatar la condición de ciudadano a un mero trabajador.Esto es lo más deleznable, igual de reprochable y carente de ética y humanidad que el hecho de despedirse a una trabajadora en una empresa por estar embarazada. Una cuestión es el basar una decisión en razones deportivas, otra el comportamiento caciquil y vergonzoso basado en razones ideológicas. Es el último episodio que faltaba ver al baloncesto español, la desconsideración a un entrenador como si fuese un perroflauta tuitero que es azotado por los más poderosos. Una salida digna merece Pedro Martínez, no que se le trate de esta manera.







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