La periodista Joana Morillas ha entrevistado a Ángel Gutiérrez, que se ha pasado media vida con la artista Lina Morgan. El ex gerente de La Latina cuenta para El Semanal Digital un duro testimonio sobre la actriz, que está viviendo sus horas más bajas;
-Ángel, ¿cómo entraste a formar parte de la vida de Lina Morgan?
-Conocí a su hermano José Luis cuando yo tenía 15 años y él 17. Trabajábamos juntos en un hotel y nos hicimos amigos. Nuestra amistad duró cuarenta años y solo la muerte de José Luis acabó con ella.
-¿José Luis te pidió que trabajaras para él?
-Sí. Un año después de abandonar el hotel, me llamó para proponerme que me encargara de reflotar unas tiendas de decoración que tenía con otros socios. Después, cuando adquirieron el Teatro La Latina, me pidió que me ocupara del tema contable. En principio, lo del teatro solo me ocupaba unas horas al día. Posteriormente, José Luis me pidió que asumiera más obligaciones.
-¿A qué otras obligaciones te refieres?
-Pues a que llevara la administración y contabilidad del teatro y también que me encargara de los asuntos de Lina en relación a negocios, inversiones, prensa... Y acepté. Fueron años en los que trabajé muy bien. Sin embargo, las cosas empezaron a torcerse.
-¿Qué ocurrió?
-El gerente del teatro, Antonio Luján, se puso enfermo y José Luis me dijo que tenía que sustituirlo. Acepté, pero la enfermedad de Antonio hizo que el ambiente se enrareciera entre Lina y su hermano. La tensión podía cortarse con un cuchillo.
-¿Qué pasó entre Lina y su hermano?
-Pues que Lina dio la orden de que se le prohibiera la entrada al teatro a Antonio. Lo ingresaron en el hospital de La Princesa y Lina se negó a visitarlo. Cuando su hermano le pidió que lo hiciera, dijo: "Nunca voy a ir a verle". Al final, tuvo que dar su brazo a torcer y visitarlo porque José Luis amenazó con que no volvería a pisar el teatro.
-¿Crees que Lina es una persona desagradecida con quienes la han querido?
-Yo he visto a gente que la ha querido mucho, que se ha desvivido por ella y a los que ha sacado de su vida cuando ha conseguido lo que quería. No tienes más que ver el caso de Antonio, una de las personas más cercanas a ella y a José Luis, y cuando ya no le servía porque estaba enfermo, lo apartó.
-Si alguien conoce bien a Lina ese eres tu. ¿Cómo la definirías?
-Mira, durante treinta años, la defendí. En eso consistía parte de mi trabajo, en cuidar su imagen pública. Sin embargo, la realidad es que es mala gente. Es una amargada.
-¿Hubo un antes y un después entre Lina y su hermano tras la muerte de José Luis?
-Sí. José Luis vino a verme para entregarme las llaves del teatro y decirme que hiciera con él lo que quisiera. El comportamiento de Lina con Antonio le causó un profundo dolor y se retiró. Su ilusión era instalarse en un piso que había comprado. Sin embargo, Lina quiso que estuviera junto a ella en su casa. Imagino que aceptó para no andar discutiendo con ella y también porque empezó a enfermar.
-La muerte de José Luis es un tema del que Lina nunca ha querido hablar públicamente. ¿Sabes por qué?
-Mira, yo lo único que puedo decir es que cuando José Luis falleció, Lina me llamó para que me hiciera cargo de todo. Y ahí fue cuando tomé conciencia de cómo era. No estuvo en el tanatorio y tampoco en la ceremonia de incineración. No quería que nadie la viera allí para que no hicieran preguntas y que la noticia no saltara. Se supo lo sucedido dos meses más tarde, cuando ella lo comentó con un periodista.
-Entonces, la relación entre Lina y José Luis no ha sido tan idílica como nos han hecho creer, ¿no?
-Ha sido una relación donde el tema laboral ha estado muy presente. Mira, cuando Linatenía alguna relación sentimental, Jose Luis hacía y deshacía para se terminara. ¿Por qué? Pues porque pensaba que si se casaba, adiós a su carrera. Vamos, que se acababa la gallina de los huevos de oro.
-¿Y esta obsesión que Lina siempre ha tenido porque no trascendieran detalles de su vida privada?
-En eso, ella y José Luis estaban de acuerdo. Yo me encargaba de tratar con la prensa. Si alguna vez me enteraba que iba a salir alguna noticia relativa a ella que no la iba a favorecer, hablaba con el periodista. En este sentido, Lina era una mujer que sabía agradecer. Y lo se porque era yo quien me encargaba de hacer los regalos a los periodistas que tanto ella como José Luis me indicaban.
-Siempre se ha comentado que a Lina le gustaba el juego. ¿Es tanto como dicen o exageran?
-La realidad es que gastaba fortunas en el juego. En quince días, se gastó veintiocho millones de pesetas en el Casino Monte Picayo.
-Últimamente, se habla mucho de la herencia de Lina. Se manejan cifras de vértigo. ¿Sabes a cuánto puede ascender?
-A este respecto, lo único que puedo decir es que en noviembre del 2006, fecha en la que rompimos la relación laboral, Lina tenía en el banco cuatrocientos noventa millones de pesetas.
-¿Sabes quienes son los herederos de Lina?
-Es un tema por el que jamás le pregunté. Ella, a veces, bromeaba y decía que me lo dejaría todo a mi. Creo que si ha hecho bien las cosas, una gran parte de su fortuna irá para el Padre Ángel.
-¿Por qué se acabó la relación laboral con Lina?
-Mi error fue no valorar al enemigo. Había ciertas personas alrededor de Lina que se dedicaron a adularla para comprar el teatro a precio muy ventajoso. Le dije que no vendiera a ese precio. A partir de ese momento, este grupo de personas la puso en contra mía y acabamos mal.
-¿Lina te demandó?
-Sí, me demandó por la recogida de unos obsequios que un banco le hizo y que me pidió fuera a recoger. El precio de estos regalos ascendía a 600 euros. Había que firmar y lo hice. Es lo único que pudo encontrar contra mí. Por mi parte, yo la demandé porque me despidió de forma improcedente. Fue un error no haber hecho un contrato blindado tal como me aconsejaron. Sin embargo, nunca quise creer que Lina fuera a portarse tan mal conmigo como lo hizo.
-¿Te arrepientes de haberte preocupado tanto por Lina?
-Antes de fallecer José Luis, me pidió que velara por Lina en todos los sentidos. Y eso es lo que hice. Para que ella no tuviera problemas, me hice cargo de asuntos que podrían haberme llevado a la cárcel. Y tanto desvelo para qué, ¿para que ni tan siquiera me diera lo que me correspondía por mi despido y encima fuera poniéndome verde ante la gente del sector artístico?
-Dos sobrinos de Lina han concedido entrevistas a Lecturas y ella no queda muy bien parada en su faceta familiar.
-Lo que cuentan es verdad. Lo que explicó Julio de que Lina le negó el dinero para la operación de su hija, sucedió así. A Estefanía y a Olga me encargué de no dejarlas entrar en el teatro por orden de su tía.
-¿Por qué Lina ha mantenido una relación tan distante con algunos de sus familiares?
-Pues porque decía que solo querían sacarle el dinero, que a su madre ya le habían sacado mucho pero que ella no iba a darles ni un céntimo. Por otro lado, tampoco le gustaba recordar sus orígenes humildes, y algunos familiares, con su sola presencia, se los recordaban.
-Entonces, de familiar tiene poco, ¿no?
-Sí, muy poco. Mira, sus padres murieron en un asilo. Su hermana Julia, que vivía con ella, hasta compartían habitación, también falleció en un asilo. De José Luis se desentendió en el momento de su muerte. En fin, es algo peculiar en este aspecto.
-La persona que más cercana está a Lina en este momento es Daniel, su chófer. ¿Le conoces?
-Sí, lo contratamos para llevar a la madre de Lina al teatro y luego a casa. Cuando la señora falleció, íbamos a despedirlo porque no había trabajo. Sin embargo, consiguió quedarse. No sé si tuvo algo que ver el hecho de que su mujer trabajara en casa deLina.
-¿Cuál fue tu relación con él?
-Lo despedí varias veces. Una vez, llegué conduciendo mi coche a Antena 3. Lina me esperaba allí porque iban a darle un homenaje. Le pedí a Daniel que aparcara el coche y me dijo: "Lo aparca usted". Me quedé de piedra. Al día siguiente lo despedí pero Linaintercedió por él.
-¿Por qué Daniel es una persona tan importante en la vida de Lina?
-Al marcharme yo del lado de Lina, lo tuvo muy fácil. Estaba muy cerca de ella. Imagino que aquí también habrá jugado un papel muy importante la soledad de ella, porque al no tener apenas contacto con nadie, se ha acostumbrado a escuchar lo que quiere.
-¿Lina es una mujer querida entre los de su profesión?
-Creo que no, porque amigos entre los de su profesión, lo que se dice amigos de verdad, no tiene. Es una mujer muy especial. Cuando comparte escenario con otros actores, al principio, muy bien, pero luego le entran los celos porque pueden robarle el protagonismo. También es muy desconfiada. Piensa que todos los que se acercan a ella lo hacen por interés.
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