Basta para comprobar el país machista en el que vivimos, lo que se ha escrito de la Reina Sofía tras la abdicación de su marido; "elegante", "sabia", "digna", etc.
Como se nota los que han escrito estos halagos que Sofía no es su madre. Es decir, que no han tenido que aguantar como hijos esa humillación pública sin parangón. Eso de anteponer la institución a su vida es aberrante, y no merece un aplauso, sino un reproche al no considerarse una mujer de primera y haber mandado al cuerno a Juan Carlos y a la corona, esa a la que su cónyuge ha respetado lo justo.
Sofía ha aguantado estoica, pero seguro que ha tenido que aguantar risas a la espalda. Una mujer que se hace valer no tiene que aguantar ésto. Ni por España ni por su puta madre.
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