Paolo Vasile no quiere ni oír el nombre de Miguel Ángel Silvestre, uno de los actores de moda en nuestro país. Y es que las relaciones del actor castellonense con la cadena fueron siempre de amor-odio. La cadena acabó harta de sus pretensiones y lo califica en la actualidad de "problemático".
El primer enfado de la cadena se remonta hasta 2005, cuando el joven Silvestre decidió para sorpresa de propios y extraños dejar su papel de Nacho en Motivos personales para protagonizar su primera película, La Distancia. Álex González tuvo que sustituirlo en la misma. En el rodaje de la serie, Silvestre conocería a su primer amor público, Belén López.
Tres años después, la cadena volvió a confiar de nuevo en él para una de sus series; la adaptación del culebrón colombiano Sin tetas no hay paraíso. La serie se convirtió en uno de los éxitos del año gracias entre otras cosas al papel de "El Duque", que catapultó a la fama al actor. Tras renovar con ciertas reticencias, Sin tetas no hay paraíso repitió éxito en su segunda temporada, con más de cuatro millones de espectadores de media. Pero al final de ésta, Silvestre decidió "matar" a su personaje, rechazando las jugosas ofertas que le ofrecía Mediaset. Esta fue una herida de muerte para la serie, que se hundió en casi ocho puntos en la tercera temporada y acabó cancelada. Silvestre cobraba 30.000 euros por episodio-por los 9.000 de Amaia Salamanca-, y rechazó ofertas en torno a los 60,000, cifras muy por encima del mercado. Las razones para rechazar la oferta fueron que no se quería encasillar en la televisión y que el acoso a su persona había llegado a límites lamentables-sobre todo cuando su madre acabó "linchada" por sus fans en el Festival de cine de Málaga-.
Pero Vasile, que se lamentaba en público de que Silvestre ya no quería hacer televisión, le firmó un contrato en exclusiva para que éste protagonizase varias películas. Películas que no funcionaron; ni Verbo, ni Lo mejor de Eva, ni la miniserie Alakrana, en principio ideada para el cine. A la tercera tampoco fue la vencida, y eso que Vasile le dejaba facilidades para rodar cintas como The Pelayos o Los amantes pasajeros, producidas por TVE, saltándose así el contrato en exclusiva. El cuarto proyecto del contrato era Hermanos, una ambiciosa miniserie que tuvo que ser aplazada por los compromisos del actor con la promoción de Los amantes pasajeros. La paciencia de Vasile se agotó y sin avisar le rompió el contrato. Para sorpresa del directivo italiano, Silvestre, que le había rechazado una y mil veces varios proyectos televisivos, fichó por Velvet, la serie de la competencia. Casualidades de la vida, el estreno de la segunda temporada de esta serie se las vio ayer con Hermanos, el proyecto final de Silvestre que finalmente protagonizó Antonio Velázquez. Esa fue la gota que colmó el vaso para Vasile, que le ha puesto la cruz y según palabras suyas, "nunca más trabajará para Mediaset".
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