Cinco preguntas sobre el desprecio de TVE a la cultura






El profundo desprecio que siente este Gobierno por la cultura, evidenciado por la subida del IVA, ha traspasado a TVE. Ese desprecio es utilizado como una especie de prenda por la reescritura de la Guerra Civil en nuestro cine ochentero, por las "manifas" culturales contra Aznar y por la postura crítica de sus representantes más famosos hacia las políticas austericidas de Rajoy. Es cierto que Radio 3, Radio Clásica o RTVE.es funcionan en el plano cultural, pero en TVE la cultura no existe o sobrevive en la marginalidad.

El problema arriba de cuando TVE se cargó hace unos años el proyecto del Canal Cultural, y metió sus contenidos en ese cajón de sastre que es La 2, desapareciendo la mayoría de sus programas o arrinconados entre pilas de documentales de animales, dignas películas, un elogiable informativo sin horario fijo, que acaba de cumplir dos décadas, el concurso Saber y ganar, que marca resultados más propios de La 1, y el magazine Para todos La 2, cuya existencia solo justifica el darle trabajo al centro de producción de San Cugat, porque es un magazine supuestamente social plomizo y lamentable.

Sobre el maltrato de TVE a la cultura nos hacemos cinco sencillas pregunas:

Pregunta número uno: ¿Tan difícil es hacer un programa digno sobre cine español? 

Versión Española sobra desde hace años. Las entrevistas encorsetadas de Cayetana Guillén Cuervo, con su habitual falta de empatía, no aportan valor añadido a la película. Luis Alegre, director del proyecto de La gran ilusión de Telecinco y presentador de dignos programas culturales en Aragón TV, podría sustituirla a las mil maravillas, pero en TVE a Cayetana no se le toca, gobierne quien gobierne.

Mientras Versión Española adolece de falta de expertos en plató, de unas entrevistas dignas, de una sección semanal que informe sobre la situación de nuestro cine, en La 1 programan esa basura de geriátrico que es Cine de Barrio, donde rescatan esa mierda cañí de los sesenta, que en vez de promocionar nuestro cine logran hundir su imagen. Y programan también basura que nos cuesta millones de euros, importada directamente de Hollywood. ¿De verdad TVE está para eso?

El buen cine lo envuelven mal, y el cine clásico por ejemplo lo dejaron de programar desde que la nueva ejecutiva zapateril hizo una purga que se llevó por delante a Garci, ex pareja de Cayetana, a la que también tenemos que sufrir en ¡Atención Obras!, un programa con unas entrevistas ridículas. Para sacar adelante este magazine, se cargaron Miradas 2, Mi reino por un caballo y Programa de mano. Lamentable. ¿Tanto cuesta hacer un sencillo programa de entrevistas culturales?

Pregunta número dos: ¿Por qué maltratan Días de cine? 

Cayetana también tuvo los santos huevos de presentar Días de cine, pero por suerte esto es cosa del pasado. Días de cine sigue haciendo un trabajo más que digno, con unas piezas muy bien producidas e hilvanadas, pero el programa se emite a la una de la madrugada. ¿Quién programa en TVE? ¿Nos toman por imbéciles? Y encima nos falta Gasset, que dejó para la posteridad píldoras como estas:

«Llega el momento de la publicidad, disfrutad del cine si podéis. Si no, también tenéis la música, la literatura o incluso la historia, a no ser que queráis ser presidente del Gobierno».
«Y llegamos a la pausa en este programa del que tan orgullosos nos sentimos. No así de algunas compañeras de la 7ª planta de Torrespaña que fuman saltándose la norma que tanto nos beneficia a todos».
«Ahora pueden ustedes hacer un montón de cosas aprovechando los interminables minutos de publicidad».
«Cuando vuelvan de la publicidad me habré desnudado y me tiraré al mar».
«Aprovechen la pausa para revisar su agenda de amigos, encontrarán que han malgastado su preciado tiempo y paciencia en conocer a un montón de ineptos, no se corten, cojan un boli y táchenlos».
«Durante la pausa publicitaria, rezaré con la esperanza de que ninguno de sus hijos se haya presentado al casting de Operación Triunfo».
«Llegó la pausa, evitad cambiar de canal en estos minutos no vaya a ser que os encontréis con esa mujer con ansias de fama, exhibiéndose en publico, justificando un frío asesinato».
Nota: Se refería a la mujer que ayudó a morir a Ramón Sampedro, reconociendo su responsabilidad en un programa de la tele.
«Llegó la hora de la pausa... espero que puedan contener durante unos minutos los impulsos sexuales de vuestras parejas... si no puede ser, no puede ser... en cualquier caso volveremos después de la publicidad con el sector más casto de la audiencia».
«Vamos a una pausa publicitaria, que será tan corta como el sueldo del presentador».

Pregunta número tres: ¿No se puede hacer un puto programa de música? 

En la anterior etapa se intentaron aventuras tan dignas como No disparen al pianista o el vanguardista Ipop, pero ahora solo se mantienen los conciertos de Radio 3, que compiten de madrugada con las teletiendas, por no hablar de los programas de las cinco de la mañana, esos que salen artistas recién aterrizados del Metro de Madrid, que se emiten por intereses comerciales de la cadena con la siniestra SGAE.
Si le preguntamos a algún directivo por qué no programan espacios musicales, te contestarán que sí que los ha habido; el ¡Mira quién baila! de Cantizano, el Uno de los nuestros de Gurruchaga o el Generación Rock de Melendi. Con dos cojones.
Hoy en día solo se emite un programa musical, pagado por una marca de cervezas y localizado en una televisión de pago. Indignante. En TVE solo queda Cachitos de hierro y cromo, un programa deslumbrante, que nos acerca la música popular con la baza del archivo y un montaje trepidante. Bueno pero insuficiente. ¿Cómo puede ser que La 2 tenga un programa sobre la misa católica, sobre los toros o sobre los cazadores y no tenga un puto programa de música? Es que no me jodas, nen...
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Pregunta número cuatro: ¿Por qué no vuelve Miradas 2? 

El delicioso magazine de vanguardias, artes plásticas y tendencias culturales desapareció para darle un nuevo programa a Santa Cayetana, que si tendría un poco de decencia debiera haber dimitido hace tiempo.
Miradas 2 dijo adiós pese a una queja formal de centenares de artistas, molestos por la desaparición de un programa imprescindible. Es cierto que el espíritu de sus piezas las ha heredado el gran Carlos del Amor, que ilumina cada noche el Telediario con sus vídeos. Pero no se entiende ni se entenderá la decisión.

Pregunta número cinco: ¿Por qué no existe el teatro? 

Tras cancelar La mandrágora tras trece años y tras cancelar Mi reino por un caballo, TVE se excusó la pasada primavera con que iba a llegar a un acuerdo para emitir por La 2 obras en cartel. Pero no hemos vuelto a tener noticias sobre este acuerdo. ¿No hay espacio para el teatro, para la danza o para la pintura en La 2? Es cierto que está mejor que bien el mítico Metrópolis, el magazine tecnológico Zoom Net o el maravilloso Página 2, del que ya os hablamos hace unos meses. ¿Pero ahora esos programas los han sustituido por programas como La Sala o La Caja Mágica, pagados por empresas privadas como Telefónica o Bankia? Es decir, ¿el programa de cine lo acabará pagando la Sony? Y si hay déficit de cultura, no hablemos de humor. La 2, canal que acogió a Faemino y Cansado, Tricicle, Muchachada Nui, El peor programa de la semana o Makinavaja, ahora no tiene humor. La pasada temporada lo intentaron con los experimentos de Torres y Reyes y Alaska y Coronas, pero este año solo hemos podido sufrir al gran Forges con Pecadores impequeibols, un plagio ridículo de Ilustres Ignorantes, del que ya os hablamos aquí.



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