Muere el dibujante Máximo, padre de Alberto San Juan, a los 82 años








El dibujante y viñetista Máximo San Juan ha fallecido este domingo a los 82 años en su domicilio de Madrid por una parada cardiorrespiratoria, con lo que el humor gráfico español dice adiós a uno de sus más destacados representantes, que dedicó su larga trayectoria a este arte. El fallecimiento ha sido confirmado a Efe por uno de sus hijos, el actor Alberto San Juan, que ha precisado que la incineración de los restos mortales del dibujante tendrá lugar mañana entre las 13.30 y las 14.00 horas en el Cementerio de La Paz, en la localidad madrileña de Alcobendas.

Máximo, que nació en Mambrilla de Castrejón (Burgos) en 1932, dedicó su vida profesional a la ilustración con un humor muy personal, caracterizado por su carga intelectual y colaboró, entre otros periódicos, con El País, Pueblo, La Codorniz, El Correo Catalán y ABC,último medio para el que trabajó. Entre sus libros destacan "Historias Impávidas", "Este País", "Carta Abierta a la censura", "Diario Apócrifo", "Animales políticos", "No a la OTAN y otros incordios", "Hipótesis" o "El poder y viceversa".

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha lamentado en un comunicado la pérdida del dibujante y ha asegurado que "el humor gráfico español y, en un sentido más amplio, el periodismo español en su conjunto está de luto". Para Wert, Máximo ha sido una voz en la que el humor "ha constituido un vehículo para trasladar firmes convicciones éticas, sociales y políticas, donde la sonrisa instintiva daba paso a una reflexión sobre la cuestión que planteaba".

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El humorista gráfico Antonio Fraguas, Forges, ha opinado que ha sido "uno de los puntales fundamentales para el desarrollo del humor gráfico en España" y su trabajo ha sido "tan personal como evidentemente unívoco". En declaraciones a Efe, Forges ha destacado que la aportación de Máximo ha sido "una visión de humor gráfico intelectual, muy formado, siguiendo grandes escuelas internacionales, entre ellas la estadounidense y alemana".

Otro de sus compañeros de profesión y amigo, José María Pérez, Peridis, ha afirmado a Efe que se ha ido "uno de los grandísimos" de "todos los tiempos del humor gráfico español", un "referente" con un humor "sumamente reflexivo". "Era un dibujante al que no se le notaba la censura", ha continuado Peridis, quien ha recordado que en el franquismo "era uno de los más atrevidos".

Por su parte, el dibujante y viñetista de ABC José María Nieto ha querido destacar la hondura y el análisis que trasmitía Máximo en sus dibujos. "Era un humorista muy serio, con un hondo contenido intelectual y un dibujo sencillo que tenía la virtud de engrandecer las páginas en las que estaban sus viñetas, lo que pocos humoristas gráficos consiguen", ha opinado Nieto.

Medio siglo de viñetas

Máximo, tras realizar unos cursos de radio, trabajó en su juventud como locutor y guionista radiofónico, aunque en 1962 dejó este medio para dedicarse a dibujar. Se trasladó a Madrid y sus primeros dibujos los publicó en la revista Juventud y en el diario Arriba (1962-1964).

En 1964 fue contratado por Emilio Romero para trabajar en el diario Pueblo, en el que escribía un chiste diario para la página editorial y para la sección "Cortíssimo", de carácter humorístico. Durante su etapa en Pueblo también colaboró para Mundo, La Codorniz y El Correo Catalán.

En marzo de 1974 abandonó Pueblo, debido a un conflicto motivado por un artículo en la revista Por Favor. Asimismo, dejó La Codorniz, en la que escribía un comentario de actualidad titulado Diario Apócrifo, y en mayo de 1976 comenzó a trabajar en el recién nacido diario El País. Desde entonces y hasta el 20 de octubre de 2007 publicó diariamente en este último un dibujo alusivo a temas de actualidad. El 13 de abril de 2008 reapareció con sus viñetas en ABC.

Su trabajo mereció el reconocimiento con galardones como el premio Mingote 1981, por un chiste realizado con motivo de la exposición sobre Picasso celebrada en Nueva York y publicado en "El País"; el premio Joaquín Costa de Periodismo, por sus trabajos sobre la paz y el González Ruano de Periodismo 1988 por su artículo "Los artistas, entre las musas y Mercurio". Además, recibió el Premio Rodríguez Santamaría 2007 de parte de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) por sus 30 años ininterrumpidos publicando viñetas diarias en "El País".


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