Cuenta El País que en el Reino Unido han legislado las prácticas sexuales que se pueden utilizar en el porno: Quedan prohibidos los azotes fuertes en las nalgas, el uso de látigos o fustas, la urolagnia (más conocida como lluvia dorada) y sentarse en la cara del otro. El sexo oral practicado sobe una mujer “con las vías de aire obstruidas”, sea eso lo que sea, se considera “no aceptable”. La eyaculación masculina está bien; la femenina, prohibida.
El diario ha hablado con Itiziar Bilbao, una reconocida dominatrix que es propietaria de una página web de vídeos fetichistas por suscripción, página que el Gobierno británico le obligó a cerrar por no pagar unas tasas y ahora ha reabierto tras ganarle el juicio al mismísimo poder político, que en el mundo anglosajón sigue teniendo ese poso anacrónico ético más propio del medievo.
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