Para comprender la historia del género rosa en televisión hay que retrotraerse a principios del siglo pasado, cuando ABC, decano de la prensa madrileña, comienza a publicar a través de sus páginas y a través de Blanco y Negro la sección de ecos de sociedad, donde cobraban interés de los lectores las estancias vacacionales de la realeza, tanto nacional como internacional, y las noticias sobre el nacimiento de herederos a tronos europeos.
Aunque la prensa rosa tal y como la conocemos se instaura en los cincuenta, cuando a ¡Hola!, semanario nacido en el 44, se le suman la reconversión de revistas como Lecturas o Semana-que hasta el momento eran productos culturales o con consejos doctrinales para amas de casa-, acompañadas por el lanzamiento de Diez Minutos. Estas cuatro revistas, a las que se sumó Pronto en los setenta, han dominado el kiosko rosa español en el último medio siglo.
Así nació el corazón en televisión
Aunque los estudiosos de la tele señalan al Bla, bla, bla como precursor de los programas rosas, en realidad fue el espacio Cotilleo al aire libre el que comenzó la senda en la temporada 57-58, con TVE todavía en pañales, y Jesús Vázquez, mito de la época, como maestro de ceremonias y pionero. Aunque el creador del corazón moderno si que fue el Bla, bla, bla, con un Jesús María Amilibia, todavía sin pisar la trena, acompañado por Marisa Abad en las labores de presentación de este espacio, donde brillaban las entrevistas a famosos, emitiéndose entre el 81 y el 83-Ver vídeo donde se le pregunta a Lola Flores si le pagaba al frasco o si se había fundido su fortuna en los casinos-.
El programa desapareció, pero el género continuó de un modo minoritario. Fue Pepe Navarro el que siguió el trabajo cuando le encargaron La Tarde, en donde llamó a Karmele Marchante para hacer una sección semanal sobre las revistas del corazón. Aunque el corazón también pegaba en la radio. Más concretamente en el programa de Luis del Olmo, rey de las ondas en los setenta y ochenta, que contó durante dieciséis años con Jesús Mariñas como fijo en su plantilla. El gallego, que en verano contaba chismes desde Marbella, fue despedido en el 88 tras varias demandas de los famosos, siguiendo a posteriori junto a Alejo García, primero en COPE y más adelante en Radio España.
Principios de los noventa
A principios de los noventa nacen las privadas, pero curiosamente ninguna de ellas apostaría por el corazón; ni Canal +, que se dedicaría a ofertar una parrilla premium previo pago, ni Telecinco, que importaba formatos frívolos italianos con las Mama Chicho como estrellas, ni Antena 3, que con un tono gris intentaba sin suerte adaptar el éxito informativo de su hermana radiofónica.
De hecho fue TVE una de las que más insistió con las vidas de los famosos, en especial María Teresa Campos, que en su Pasa la vida incorporó un gran reparto de cronistas rosas-Mariñas, Karmele, Mayka Vergara, Josemi Rodríguez Sieiro, Rosa Villacastín o Carmen Rigalt. Y en la pública también nació Corazón, corazón, con la intención de llevar a la gran pantalla el estilo fino y glamouroso de ¡Hola!
Mediados de los noventa
Las privadas comenzaron a morder con el género con La maquina de la verdad, donde Julián Lago ayudado de un polígrafo le intentaba sacar la verdad a la niñera de Ana Obregón, a Carmina Ordóñez o a la ex novia de Toni Cantó, aunque también se dedicaban a los sucesos y a la política, con el Dioni, Gil o Ruiz Mateos como invitados. Aunque los entendidos dicen que el mundo rosa nació en el verano del 95 con la llegada del ¡Qué me dices! a Telecinco, curiosamente un espacio producido por Globomedia y dirigido por "Bropi", que luego fustigaron al género desde Sé lo que hicisteis. El reinado del ¡QMD! cayó con la llegada dos veranos después de Extra Rosa a Antena 3, que imponía una dinámica de corazón más serio y respetuoso, fórmula a la que ayudó una actualidad dominada por bodas reales y la muerte de Lady Di.
Pepe Navarro también rascaba mundo rosa a mediados de los noventa chapoteando en su Mississippi, aunque al cordobés le interesaran más los escabrosos sucesos o las intrigas políticas. Es por ello que la prensa rosa la analizaba Pepelu, personaje interpretado por Carlos Iglesias, que parodiaba con humor a Terelu desde la época donde su jefe y la Campos peleaban por el trono matinal. Esta parodia provocó que María Teresa dejase de dirigir la palabra a Navarro durante años.
Paren las máquinas; nace Tómbola
En febrero del 97, el espacio de debate Parle voste, calle voste de Canal Nou, programa un tema especial; la vida privada de los famosos. De un lado periodistas "serios" como Carlos Dávila, y del otro el Padre Apeles, que ya había demostrado su oratoria en Moros y Cristianos, y Jesús Mariñas, que esa noche se bajó los pantalones en directo. A la mañana siguiente los directivos vieron como los audímetros de los valencianos habían estallado, ya que el programa había rozado un 50% de share de media.
La cúpula del canal encargó entonces a toda prisa un espacio sobre la vida privada de los famosos, que arrancó el 13 de marzo en las autonómicas valenciana, andaluza y madrileña con el nombre de Tómbola. Pero aquella noche acabó como el Rosario de la Aurora, ya que la primera víctima fue Chabeli Iglesias, humillada por los Mariñas, Karmele o Lydia Lozano de turno, que le escupían a la cara que era una aburrida sin estudios. "Me voy, me da vergüenza tu programa y esta gente es gentuza", le decía indignada la hija de Julio Iglesias a Ximo Rovira, presentador del programa. "No sabíamos lo que iba a pasar. Estaba programada media hora y el asunto duró tres horas y pico", decía años después un desnortado Mariñas.
Los escándalos continúan
Los escándalos siguieron en Tómbola meses después. Por ejemplo, en mayo Pocholo Martínez-Bordiú le tiraba un vaso de agua a la cara a Karmele Marchante después de que la periodista le hubiese acusado de su amor por las drogas. Aunque ninguno tan fuerte como el de la noche del 26 de junio, cuando Tómbola se convirtió en asunto de Estado. Y es que tres semanas antes, Bárbara Rey, había denunciado en público el asalto de su chalé por miembros del CESID, supuestamente instigados por Colón de Carvajal, íntimo y cómplice del monarca. Los servicios secretos habrían robado fotos y cintas de vídeo comprometedoras, que supuestamente probarían la relación entre vedette y monarca. Esa noche a Bárbara la sacaron entre gritos del plató, vetada desde la planta noble del canal, pero después se le pasó el berrinche, ya que pronto firmaría contratos con TVE y Canal Nou.
Así lo cuenta Ángel Moreno, productor de Tómbola: "Nosotros la contratamos para que se sentase en el sillón en un momento en el que no se dejaba de hablar de Mario Conde. Ese día Bárbara salió de su casa y en el aeropuerto de Barajas anunció a todos los periodistas que la esperaban que esa noche contaría absolutamente todo en Tómbola. A primera hora de la tarde comencé a recibir llamadas, eran del director de Canal 9, pero venían de más arriba. En ellas se me anunciaba que si Bárbara pisaba el plató del programa lo cerraban. Cuando Bárbara llegó a las instalaciones la metimos por la puerta de atrás para evitar a los fotógrafos. Nos reunimos en un despacho y le dijimos que no salía, pero que se le pagaría el caché. Ella se puso como una furia, no sé si iba a soltar la bomba atómica, pero un racimo de bombas seguro. Aparecieron dos señores que se identificaron y tras hablar con ella cinco minutos la convencieron y los tres se marcharon. Después de aquello a Bárbara le dieron un programa de cocina en Canal 9".
En el 97 los follones siguieron marcando la marcha del programa, que en septiembre fue retirado de Canal Sur por una siniestra cobertura al accidente de Lady Di, del cual se lanzaron teorías para la conspiración para elegir. Tiempo después las presiones sobre el programa se agravaron, en especial tras conocer que el Conde Lecquio se había embolsado siete millones de pesetas por airear su vida y romances. Tómbola seguía siendo por entonces el negocio del siglo; a Canal Nou le costaba 18 millones de pesetas aquel programa que facturaba 80 de publicidad, que se sumaba a las cantidades que cobraba de múltiples televisiones locales de todos los rincones de España.
Finalmente Telemadrid dejó de emitir el show en 2001, y el programa poco a poco fue decayendo, en parte por el plagio de las privadas, que encima le comenzaron a robar invitados a golpe de talonario a beneficio de sus representantes, que especulaban con la mercancía. Su penúltimo escándalo fue cuando Mariñas le midió el pene en directo a un concursante de Gran Hermano, y finalmente dejó de ser emitido en noviembre de 2004, cuando Salsa Rosa, nacido en 2002, y DEC, nacido en 2003, le habían robado el terreno.
Finalmente Telemadrid dejó de emitir el show en 2001, y el programa poco a poco fue decayendo, en parte por el plagio de las privadas, que encima le comenzaron a robar invitados a golpe de talonario a beneficio de sus representantes, que especulaban con la mercancía. Su penúltimo escándalo fue cuando Mariñas le midió el pene en directo a un concursante de Gran Hermano, y finalmente dejó de ser emitido en noviembre de 2004, cuando Salsa Rosa, nacido en 2002, y DEC, nacido en 2003, le habían robado el terreno.
La era del Tomate
Con Carlotti como capitán general, a Telecinco empezaron a darle frutos sus espacios rosas. Ahí nació la programación endogámica de la cadena, con Sardá guionizando y dirigiendo entre plano y plano a rebotados del Gran Hermano y famosos de todo pelaje, que se aprendieron la lección y fingían enfados y amoríos, acabando casi todas las noches con lluvias de insultos y conductas agresivas.
La época dorada del corazón en la cadena lo coronó Aquí hay tomate, nacido en marzo de 2003, cuyo éxito fue perderle definitivamente el respeto a los famosos, ya desde hace años desmitificados por la televisión. Con el Tomate ya no hacía falta tirar de chequera para invitar a famosos; se los perseguía por la calle, se inventaban salidas del armario mediante testimonios más que dudosos, y se hablaba sin problemas de vivos y muertos, zambullidos todos en un tótum revolútum que hacía las delicias del personal en sobremesa. El programa presentado por Jorge Javier, se sumó a Crónicas Marcianas, Día a día, A tu lado, Gran Hermano y Hotel Glam, espacios que convirtieron a la cadena en una emisora de masas. Gracias a esto Telecinco consiguió liderar nuestra televisión en 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008.
La época dorada del corazón en la cadena lo coronó Aquí hay tomate, nacido en marzo de 2003, cuyo éxito fue perderle definitivamente el respeto a los famosos, ya desde hace años desmitificados por la televisión. Con el Tomate ya no hacía falta tirar de chequera para invitar a famosos; se los perseguía por la calle, se inventaban salidas del armario mediante testimonios más que dudosos, y se hablaba sin problemas de vivos y muertos, zambullidos todos en un tótum revolútum que hacía las delicias del personal en sobremesa. El programa presentado por Jorge Javier, se sumó a Crónicas Marcianas, Día a día, A tu lado, Gran Hermano y Hotel Glam, espacios que convirtieron a la cadena en una emisora de masas. Gracias a esto Telecinco consiguió liderar nuestra televisión en 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008.
Entre Tómbolas y Tomates, el género del corazón también fue aprovechado por Antena 3-Sabor a ti o Como la vida-, todas las autonómicas sin excepción, las televisiones locales-en especial la de Frade, que se intentaba vengar de Telecinco porque criticaban a Norma Duval-, y hasta nacieron televisiones y radios temáticas rosas, como Telecorazón-de la factoría Roures para los operadores de pago-, o Radio Corazón, que creó el Grupo Zeta con Cristina Tárrega como locutora estrella.
El auge de la televisión había hundido a las revistas del corazón, que entre el 85 y 2005 perdieron alrededor del 30% de la distribución. Pero si la crisis había matado a las revistas rosas, que mitificaban y masajeaban a los famosos, la crisis también le llegó a la televisión, y en especial a Telecinco.
En Fuencarral observaron atónitos como entre julio de 2007 y febrero de 2008, apenas ocho meses, se cancelaron tres puntales de la cadena; A tu lado, Dolce vita y en especial Aquí hay tomate, que fueron sustituidos por espacios de actualidad o humor como Está pasando, La Noria o Las gafas de Angelino.
El akelarre final de la prensa rosa lo había protagonizado Lydia Lozano, que denunció sin pruebas concluyentes que Ylenia Carrisi, hija de Al Bano y Romina, seguía viva. Este hecho ayudó a la muerte del corazón, aunque el motivo principal fue otro.
No hay nada que mueva más en la vida que la venganza. Esto fue lo que animó a Globomedia, principal proveedor de series y entretenimiento durante una década a Telecinco, para lanzar Sé lo que hicisteis. Todo comenzó cuando Paolo Vasile decidió vetar las producciones de la compañía de Aragón y Contreras tras el nacimiento de la Sexta. El consejero delegado no solo decidía no comprar nuevos espacios, si no que se parapetaba con productoras de confianza, y precipitaba el final de 7 vidas o La noche con Fuentes, siendo Aída la última superviviente de la productora en la cadena.
Hay que decir que Sé lo que hicisteis nació sin pretender hundir los pilares de Telecinco, sino como un desafortunado espacio de sketch sobre famosos, que incluía, casi como complemento marginal, una sección de cinco minutos de zapping con Ángel Martín. Pero esa pequeña sección fue ampliada dentro del programa, que pasó de durar una hora a hacerlo dos, y que finalmente se convertiría en una tira diaria de dos horas después de comer. El programa presentado por Patricia Conde consiguió mostrar las trampas de las cadenas rivales, cebándose en especial contra Telecinco entre 2006 y 2009, televisión a la que robaba imágenes sin parar, hechos que provocaron que este pasado verano Atresmedia tuviese que abonar seis millones a Mediaset por daños y perjuicios, aunque los daños y perjuicios fueron infinitamente superiores.
Aunque finalmente, tras la cancelación de los programas de Telecinco de los que se nutría, y tras una prohibición judicial para emitir imágenes de Mediaset, las costuras se le vieron al propio Sé lo que hicisteis, que fue rematado tras el adiós de Ángel Martín, humorista que había observado como su programa se había convertido, de un modo bastante hipócrita, en un espacio rosa más, llegando a comprar imágenes de agencias y llegando a convertirse en un auténtico show rosa, donde el espectador veía la mierda compactada y aderezada por chistecitos, con los que quizás se autoengañaba al pensar que en realidad veía un programa blanco o "robinhoodesco".
Entre 2007 y 2009 la amplia nómina de periodistas, vividores, representantes y personajillos que nutrían la programación rosa, dejaron de existir. Aunque en realidad sus vidas transcurrieron con normalidad. O con la normalidad que uno puede vivir sintiéndose un juguete roto. Jorge Javier se marchó a vivir a Barcelona y contaba años después como se convirtió en objeto de odio, teniendo que soportar como por la calle le llamaban "maricón" por la espalda.
Y los demás siguieron el mismo camino, excepto Sardá, que nadaba entre millones con sus mansiones, trenes eléctricos, avionetas y la publicación de libros intrascendentes. La larga lista de personajes lo pasó fatal; Kiko Matamoros se ahogó en deudas, Mila Ximénez corrió similar camino, Lydia Lozano o Karmele Marchante se fueron al paro, y a Kiko Hernández le acusaron de llegar a inventarse un cáncer con tal de volver a la tele, eso sí, después de "pedir perdón a todo el mundo por el daño que haya hecho". Los yonkis de la televisión no asimilaban que las cámaras les dejaran de enfocar, y que la vida por encima de sus posibilidades se hubiese esfumado.
Y los demás siguieron el mismo camino, excepto Sardá, que nadaba entre millones con sus mansiones, trenes eléctricos, avionetas y la publicación de libros intrascendentes. La larga lista de personajes lo pasó fatal; Kiko Matamoros se ahogó en deudas, Mila Ximénez corrió similar camino, Lydia Lozano o Karmele Marchante se fueron al paro, y a Kiko Hernández le acusaron de llegar a inventarse un cáncer con tal de volver a la tele, eso sí, después de "pedir perdón a todo el mundo por el daño que haya hecho". Los yonkis de la televisión no asimilaban que las cámaras les dejaran de enfocar, y que la vida por encima de sus posibilidades se hubiese esfumado.
El paréntesis sin corazón acabó en abril de 2009, cuando Telecinco decidió rellenar la noche tras Supervivientes con un debate low cost con Jorge Javier Vázquez, que en principio se iba a llamar Sobreviviré, pero que finalmente se llamó Sálvame. Semana a semana junto a Jorge se sentaban tertulianos rebotados de A tu lado o Crónicas Marcianas; Lydia, Mila, Kiko, Jimmy, Matamoros, etc. Y la demanda fue tal, que la cadena apostó por una tira diaria en sobremesa, en principio con una escasa hora de duración, pero que ha acabado durando más de cuatro. 2009 fue sin duda el año del grupo de Sálvame, que volvió a la televisión con menos escándalos-sobresalió la agresión de Estrada a Jimmy-, pero que comenzó pronto a cobrar sus frutos, tanto en su edición vespertina, como en su edición Deluxe, que consiguió derribar el dominio de DEC.
El programa se reforzó con Belén Esteban, que acabaría presentando las campanadas junto a Jorge Javier, siendo éste un síntoma de la cadena para quitarse de nuevo los complejos. El año lo remató el Ondas al presentador del programa, hecho curioso viniendo desde la progresía de Prisa-donde El País y la SER siempre se han negado a utilizar el género rosa y de hecho, lo han descalificado con fruición-. La élite progre se bajaba los pantalones frente a la telebasura-con reminiscencias de Francino y Barceló-, que había ganado el combate, principalemente porque el arruinado grupo de los Polanco se veía obligado a venderle Cuatro a Telecinco.
El programa se reforzó con Belén Esteban, que acabaría presentando las campanadas junto a Jorge Javier, siendo éste un síntoma de la cadena para quitarse de nuevo los complejos. El año lo remató el Ondas al presentador del programa, hecho curioso viniendo desde la progresía de Prisa-donde El País y la SER siempre se han negado a utilizar el género rosa y de hecho, lo han descalificado con fruición-. La élite progre se bajaba los pantalones frente a la telebasura-con reminiscencias de Francino y Barceló-, que había ganado el combate, principalemente porque el arruinado grupo de los Polanco se veía obligado a venderle Cuatro a Telecinco.
Siendo sinceros hay que reconocer que Sálvame ha logrado asentarse durante estos años sin llegar al nivel de mentira, manipulación y crueldad mostrados por sus antecesores. El programa es en realidad una mezcla entre reality y corazón, con señores comiéndose la merienda en directo sin cuarta pared, y con prioridad por los temas frívolos y aparentemente intrascendentes-que un colaborador haya hecho un "sinpa" es más importante que el último ligue del torero de turno-. El humor ha estado siempre por encima de la polémica, cosa que no sucedía antes de la bajada al alimón a los infiernos.
Con humor o con polémica, Sálvame se ha convertido en el programa que ostenta un cuasi monopolio de la prensa rosa por televisión, y es por ello que la cadena les ha entregado los realities, un género que siempre funciona bien en la casa-Supervivientes, Acorralados, Campamento de verano, ¡Mira quién baila!, ¡Mira quién salta! o Gran Hermano VIP-.
Con humor o con polémica, Sálvame se ha convertido en el programa que ostenta un cuasi monopolio de la prensa rosa por televisión, y es por ello que la cadena les ha entregado los realities, un género que siempre funciona bien en la casa-Supervivientes, Acorralados, Campamento de verano, ¡Mira quién baila!, ¡Mira quién salta! o Gran Hermano VIP-.
Y lo tiene porque Ana Rosa ha pasado una década entre sucesos y política, mientras Antena 3, la eterna rival de Telecinco, pegó un volantazo a su programación tras la sustitución de Carlotti, que importó sin éxito el modelo de su competidor, con María Teresa Campos e hija como apuestas fallidas, por Silvio González, que a partir de 2010 impulsó un cambio de modelo, desde el rosa hasta el familiar, que le costó la cabeza a programas polémicos como El Diario y DEC, que cayeron en agosto y septiembre de 2011. Antena 3 comenzó entonces una revolución blanca con concursos y seriales por las tardes, robánadole a TVE el público, rematando la operación el fichaje de Amar en tiempos revueltos.
Sálvame tiene desde entonces un monopolio, solo interrumpido por Enemigos íntimos, que ejerció de rival desde su propia cadena a instancias de las plantas nobles. Pero la competencia no existe para Sálvame en su género, ya que las autonómicas poco a poco también dejaron de emitir este tipo de contenidos; Canal Sur tras la llamada fuera de sí de Pantoja a Agustín Bravo, TV3 tras un follón de Arús por una entrevista a Lecquio y Telemadrid por Esperanza Aguirre, que canceló Mamma Mia porque era telebasura, cuando en realidad quería meter en la cadena a los rebotados de la TVE de Aznar para manipular y hundir la cadena.
Conclusión
El monopolio le sirve a Telecinco para atar fácil a Jorge Javier Vázquez, seguramente la estrella más rentable de la televisión, ya que es complicado imaginar al catalán en otra cadena. Y también le sirve para conseguir por el precio que quiere a invitados para el Deluxe, además de ingresar en su universo a los pilotos de la escudería DEC. Quizás es por ello que Telecinco es uno de los modelos europeos más rentables de televisión, un modelo rebajado con gaseosa en los últimos años, en los que ya no vemos los shows grotescos de hace una década.
Con la prensa rosa en decadencia, mutando hacia el humor de la mano de Cuore, y la tímida presencia del corazón en internet, con el papel couché llegando a cuentagotas, compensados por el nacimiento de suplementos rosas de periódicos digitales de El Confidencial, El Semanal Digital y Libertad Digital-Vanitatis, El Chismógrafo o Chic-. El único lamparón de Sálvame ha sido la cobardía mostrada sobre la Casa Real, ya que en un país sin presiones políticas, el programa hubiese hecho monográficos con los líos extramatrimoniales del Rey o sobre los correos de temática homosexual de Urdangarín. Pero el poder pudo con el programa.
Sálvame tiene desde entonces un monopolio, solo interrumpido por Enemigos íntimos, que ejerció de rival desde su propia cadena a instancias de las plantas nobles. Pero la competencia no existe para Sálvame en su género, ya que las autonómicas poco a poco también dejaron de emitir este tipo de contenidos; Canal Sur tras la llamada fuera de sí de Pantoja a Agustín Bravo, TV3 tras un follón de Arús por una entrevista a Lecquio y Telemadrid por Esperanza Aguirre, que canceló Mamma Mia porque era telebasura, cuando en realidad quería meter en la cadena a los rebotados de la TVE de Aznar para manipular y hundir la cadena.
Conclusión
El monopolio le sirve a Telecinco para atar fácil a Jorge Javier Vázquez, seguramente la estrella más rentable de la televisión, ya que es complicado imaginar al catalán en otra cadena. Y también le sirve para conseguir por el precio que quiere a invitados para el Deluxe, además de ingresar en su universo a los pilotos de la escudería DEC. Quizás es por ello que Telecinco es uno de los modelos europeos más rentables de televisión, un modelo rebajado con gaseosa en los últimos años, en los que ya no vemos los shows grotescos de hace una década.
Con la prensa rosa en decadencia, mutando hacia el humor de la mano de Cuore, y la tímida presencia del corazón en internet, con el papel couché llegando a cuentagotas, compensados por el nacimiento de suplementos rosas de periódicos digitales de El Confidencial, El Semanal Digital y Libertad Digital-Vanitatis, El Chismógrafo o Chic-. El único lamparón de Sálvame ha sido la cobardía mostrada sobre la Casa Real, ya que en un país sin presiones políticas, el programa hubiese hecho monográficos con los líos extramatrimoniales del Rey o sobre los correos de temática homosexual de Urdangarín. Pero el poder pudo con el programa.
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