Ni Antena 3 ni Telecinco; la primera privada del país fue Canal 10







El atraso social impuesto por el régimen franquista, tuvo también consecuencias negativas para la televisión, que no llegó a nuestro país hasta 1956-veinticuatro años más tarde que las primeras emisiones de la BBC-. En cuanto a las privadas, la primera constancia de petición de licencias se remonta hasta finales de 1980, cuando Antena 3 se constituye, con Godó, Zeta y varios caciques de la prensa regional en el accionariado. Fue a finales de ese año cuando Jiménez de Parga comienza a exigir la licencia en los tribunales, recurriendo sin suerte hasta el supremo. Este grupo, desistiendo en parte de la televisión, fundó Antena 3 de Radio en 1982, bajo la dirección de Manolo Martín Ferrand, que incorporó como estrella a José María García, más tarde acompañado por una línea crítica con el Gobierno González liderada por Antonio Herrero. La emisora conseguiría el liderazgo de la radio española una década después, justo cuando las fauces de Polanco desguazaron la emisora mediante un pacto con Mario Conde.

El Gobierno de la UCD, que había prometido la televisión privada en reiteradas ocasiones, finalmente no llegaría a convocar un concurso, aunque en 1982 siete grupos, que nunca llegaron a emitir, pedirían por su cuenta y sin suerte treinta emisoras locales; Presa, filial de Prisa, editora de El País, pretendía emisoras en Madrid y Barcelona; Fontán constituyó Teleser, versión catódica de la Cadena SER, que entonces no pertenecía a Polanco; Tomás de Salas intentó agrandar su incipiente imperio con Radiotelevisión 16; la Editorial Católica, editora del Ya, creó Tele 80; el magnate Alejandro Muns creó la Televisión independiente; treinta trabajadores de RTVE crearon Teleunión;  mientras que el oligopolio del papel couché-¡Hola!, Semana, Lecturas y Diez Minutos-, invertirían en Telecuatro, empresa que finalmente se integró como accionista minoritario en Antena 3 TV.

El Gobierno por aquel entonces se negó a repartir licencias, hecho que provocó conatos de emitir por las bravas, como fue el caso en 1983 de Onda Blúmini en Palma de Mallorca, impulsada por el polémico colaborador de Sálvame Jimmy Giménez Arnau, pero finalmente la emisora fue clausurada.
Felipe González no quería oír ni hablar de las privadas, porque también tenía como problema el nacimiento de las autonómicas, que arrancaron como chiringuitos nacionalistas de difusión de idiomas regionales, como es el caso de ETB en 1982.

El proceso de las privadas, dilatado conscientemente por González, fue interrumpido en enero de 1988, cuando Canal 10 comenzó a emitir desde Londres para España vía satélite y en abierto. Detrás del canal, dirigido por ex presidente de RTVE José María Calviño, estaban el polémico Enrique Talarewitz y Canal Plus Francia, que luego se integró con Prisa en Canal +. Tras dos meses de emisiones en abierto, el Canal 10 comenzó una campaña para convertirse en el primer canal de pago de España-con una cuota de alta de 15.000 pesetas y una mensualidad de 3.500-. Por lo tanto, el Canal 10 fue la primera cadena privada en emitir en abierto y en pago, con la estrella Bo Derek como reclamo. En su programación, plagada de cine, música y series, destacaba Entre amigos, de José Luis Moreno, o un espacio musical con Mon Santiso, que más tarde sería "chico Ana Rosa". Pero el canal cesó sus emisiones tras apenas nueve meses, inmerso en una quiebra técnica al haber conseguido menos de 700 abonados. Aun así hay que recordar que el Canal 10 fue la primera cadena española en emitir películas en VO o en publicitarse en otros canales-TVE, TV3 o Telemadrid-.



En medio de esta fallida aventura, el Gobierno confirmó en abril del 88 la entrega de tres nuevos canales privados. Se barruntaban como pretendientes Antena 3, Prisa, que todavía no tenía definido su modelo, Gestevisión-con el entonces socialista Berlusconi y Anaya, que quería crear un grupo mediático afín a Alfonso Guerra, por aquel entonces centrado en regalar señales de FM a Blas Herrero-. Este canal fue finalmente Telecinco, aunque por aquel entonces se denominaba Telefutura, con Valerio Lazarov al frente del mismo. También por esas fechas se constituyó Tevisa, en donde invertían la editorial Espasa-Calpe y la radiotelevisión luxemburguesa, que finalmente no se presentaría.

En abril de 1989 se concedieron tres canales; Antena 3, Tele 5 y Canal +, este último en pago-"no hay cojones en este país para negarme una televisión", dicen que dijo Polanco-. Los otros dos proyectos, que fueron finalmente rechazados, fueron Canal C, un discreto proyecto de veinticinco profesionales catalanes liderados por Josep María Forn, y ante la sorpresa general, Univisión Canal 1, que partía como principal favorito de la mano de Antonio Asensio y Rupert Murdoch, que prometían invertir 15.000 millones de pesetas en la aventura. Dicen que al mandamás de Zeta le avisaron desde Moncloa que Antena 3 se iba a llevar un canal, por lo que le sugerían que invirtiera en la sociedad de su enemigo Godó, pero Asensio, en una muestra de soberbia, se negó, ya que él había evitado hacer sangre en la campaña de la OTAN del 86 contra González a cambio de una rotunda promesa del presidente; una televisión en abierto-en 2005 ZP también intentaría la entrada de Zeta en la Sexta, pero Asensio junior no tenía por aquel entonces un duro para invertir-.

La última intentona que crear un canal privado en abierto-además de las aventuras locales de Localia, Popular TV o Punto TV-, fue Supernueve, canal generalista que iba a ser lanzado en 2006 bajo la dirección de Luis María Anson, en esta ocasión con Julio Ariza y José Luis Moreno como accionistas mayoritarios, pero el proyecto no llegó a buen puerto, como tampoco lo hizo la promesa siete años después del veintrilocuo, que dijo que iba a alquilar una señal TDT.






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