La lenta pero constante resurrección del grupo Intereconomía












Apenas un lustro hay que retrotraerse para encontrar a Intereconomía como uno de los principales y más influyentes grupos mediáticos de nuestro país. La matriz del grupo fue la adquisición de Julio Ariza, rebotado del PP catalán, de una minúscula emisora económica madrileña. Ahí comenzó todo. Era 1997. Y tras una meteórica ascensión, en 2010, Intereconomía se había convertido en el principal azote del Gobierno Zapatero, con la derecha mediática desconectándose de Losantos, recién expulsado de COPE, y de Pedro J. Ramírez, al que sus conspiranoicas tesis sobre el 11-M acabaron costando el nombre.

Intereconomía TV producía hace apenas cinco años casi veinte horas diarias, entre las ocho de la madrugada, cuando Horcajo daba los buenos días, y las tres de la madrugada, cuando Pedrerol cerraba la persiana. La megalomanía de Ariza, nutrido por aquel entonces de los sablazos a los Gobiernos autonómicos regidos por el PP, era evidente. No había más que ver las varias plantas alquiladas en Castellana, 36, por las que el grupo del toro pagaba ni más ni menos que 200.000 euros mensuales, a los que había que añadir el sueldo de quinientas nóminas y los dos millones de euros pagados a Vocento por el "alquiler" de una señal en TDT. Entre Horcajo y Pedrerol, había espacios de salud con Manuel Torreiglesias, tertulias como Dando caña o El Gato al agua, varios informativos, erráticos magazines de tarde, un programa de J. J. Esparza y hasta un espacio de humor con Los Clones.



La fórmula era tan llamativa que llevó a varios competidores mediáticos del centro-derecha, Unidad Editorial, Vocento o el Grupo COPE, a plagiar su parrilla sin suerte-Veo 7, La 10 o 13 TV-. Esta parrilla estaba complementada con espacios en directo el fin de semana y una emisora temática económica que emitía en Madrid y en los operadores de pago, Business TV.

Pero Intereconomía no solo disponía de una televisión, ya que en la radio disfrutaba por aquel entonces de tres productos radiofónicos; la temática Radio Intereconomía, la generalista Radio Inter y la musical Interpop. A todo esto había que añadir el lanzamiento de La Gaceta en 2009, con Carlos Dávila a la cabeza, que reproducía y actualizaba lo que fue El Alcázar en los setenta y ochenta. El grupo también acogía un entramado de webs, una universidad-la Tomás Moro-, una editorial de libros, una productora de televisión, varias revistas-Época, Alba, Diplomacia o Trámite parlamentario-, y hasta una productora de cine, que salvaría en parte de la ruina a Ariza con el éxito mayúsculo de Las aventuras de Tadeo Jones.

Ariza hacía y deshacía gracias a la inyección de los bastiones del PP en diversas autonomías; el de Esperanza Aguirre, que le empapelaba La Gaceta con publicidad del Canal de Isabel II, el de Murcia, donde el grupo era accionista de la televisión autonómica, el de Valencia, donde Canal Nou le nutría contratos-amén de dejarle sus instalaciones para emitir La Espuela, el programa estrella de la radio-, o en Baleares, donde el empresario navarro se prestó como participe en el lobby defensor de la corrupción de Matas y Alemany adquiriendo una televisión local y lanzando una edición balear de La Gaceta.

La caída del imperio del toro; 2013 


A principios de ese año, Intereconomía TV canceló varios programas de producción propia y despidió a parte de sus equipos, llevándose la sorpresa a últimos de enero con la marcha de Antonio Jiménez a la competencia. Y en febrero, inmersa ya en mil rumores, Intereconomía presentó un preconcurso de acreedores, que acabó con "dos ERE y medio", un desahucio, la desconexión de varias emisoras radiofónicas asociadas, el cierre de La Gaceta en papel, y el fundido a negro de la joya de la corona, Intereconomía TV. Las llamadas de auxilio de Ariza a Rajoy no habían surtido efecto, algo que molesto al empresario navarro, ya que era consciente de las presiones de Soraya a la banca para rescatar El País. Seguramente Ariza pretendía en repetir el modelo Roures/Zapatero con Rajoy, pero éste le hizo pagar sus guadianescas traiciones electorales; la primera en 2008, cuando Ariza se embolsó miles de euros irlandeses de la campaña de Libertas, quizás el lamparón más grande de la carrera de Albert Rivera. Y la última en 2012, cuando Mario Conde, respaldado por el caciquismo ourensano de los Baltar, intentó lograr un escaño para jugar como bisagra de Feijóo, del que seguramente hubiera sacado fuertes beneficios económicos de haber prosperado la jugada, jugarreta para Génova. La única que no consiguió el apoyo de Ariza fue Rosa Díez, tachada de "proabortista" para el grupo del toro.

El renacer de Intereconomía; febrero de 2015 



Ariza ha salido del refugio tras ver como pasaba la marea, que ha consistido en centenares de despidos, juicios por impagos, desahucios, etc. El navarro ahora ya no luce pashminas por las zonas guapas de Madrid, sino que renace de sus cenizas en Modesto Lafuente, la desfasada sede de la histórica Radio Inter, que ha quedado adecentada tras "una mano de pintura".

Intereconomía TV emite actualmente en abierto en Madrid y Baleares, además de hacerlo vía plataformas de pago e internet, amén del suministro de sus programas a canales locales de Aragón, Murcia, Galicia y Guadalajara. En la cadena la estrella sigue siendo El Gato al agua, donde sigue al frente Javier Algarra. La tertulia ha olvidado los debates monocolor de antaño, cuando el esquema era "todos contra uno"-dicen que aprendido por Ariza en su etapa catalana, cuando el discurso nacionalista lo asfixiaba en las emisoras de radio-. También ha dejado atrás el modelo "La Noria", donde en medio de un gran griterío podían reñir Jiménez Losantos y Pablo Iglesias. Ahora el modelo es darle un cariñito a VOX, otro a Ciudadanos, y hasta el PSOE si se tercia y si se presta Antonio Miguel Carmona. En esa tertulia sobreviven los socios e íntimos de Ariza; Miguel Durán o Mario Conde, que no han querido o no han podido saltar a 13 TV, la copia deficitaria promovida por la Conferencia Episcopal y Génova.

En Intereconomía TV también se han recuperado en los últimos meses marcas exitosas, como pueden ser El Telediario de Intereconomía, que presenta desde el medio de la redacción un esforzado J. J. Esparza, sin maquillaje, sin plató, sin guión. Solo le hace falta para sacar el programa una mesa, una cámara, una conexión a internet y algún colaborador que se preste, entre los que se encuentran el propio Ariza. También Intereconomía ha repescado Punto Pelota, que se emite a las nueve de la noche con Andrés Caparrós como torpe maestro de ceremonias, destacando entre sus contertulios Ulises Sánchez Flor, Javier Pérez Sala o Kiko Matamoros. Y desde el pasado día 26, Intereconomía TV ha vuelto a producir informativos al uso, en este caso Noticias Intereconomía, de lunes a viernes a las ocho de la tarde, presentado por Gonzalo Bans, que intenta copiar por enésima vez el modelo FOX News, en este caso con Eduardo García Serrano como opinador estrella.

Estos cuatro espacios más Tardes de tertulia demuestran la creciente producción propia de Intereconomía TV, que conviven en pantalla con el programa de Losantos en esRadio-"Julio, te vas a condenar", le decía desde COPE por no apoyarle en el 11-M-. Y también habitan la parrilla varios programas de la extinta Libertad Digital TV, entre los que destacan varios consultorios de salud, programas antiguos de Intereconomía, documentales, películas que fueron estrenadas hace ochenta años, y los espacios informativos de Russian Today, que aunque parezca que contrastan con la línea de Intereconomía ya que la producción de la versión en castellano es muy progresista, no lo es tanto, ya que Rusia comparte con la extrema derecha española su visión antieuropeista-al igual que con el Frente Nacional francés, al que financia Putin-.

Además de la televisión, Intereconomía Corporación mantiene otras seis líneas de negocio abiertas, entre las que destacan sus dos emisoras de radio, eso sí, ahora con menos producción y menos señales en FM; Radio Intereconomía, que echa mucho de menos a Luis Vicente Muñoz, mantiene su línea temática en la economía, ahora acompañada por varios espacios presentados por Albert Castillón, y Radio Inter sigue con su radio más propia de los años ochenta de la mano de Peñazola y el veterano Andrés Caparrós, respaldados por los consultorios de salud, que ayudan a pagar las facturas en la emisora.

Parte del equipo de los clausurados medios en papel de Intereconomía, se refugian hoy en día en la división digital, que cuenta con cuatro páginas web; La Gaceta, dirigida por Xavier Horcajo, que estrenó nuevo diseño este pasado día 14, Punto Pelota, dirigida por José Antonio Fúster, Negocios, digital económico, y Espléndido, que promociona productos VIP, a los que hay que añadir un acuerdo con Infovaticana, el portal dirigido por Gabriel Ariza, hijo del propietario de Intereconomía, que mantiene una guerra abierta contra los medios de la Conferencia Episcopal.


Además de la tele, la radio y los medios digitales, Intereconomía sigue apostando por el cine, en este caso de la mano de Toro pictures, compañía que ayudó a salvar la debacle de 2013 en dos vías; primero con un acuerdo con Mediaset para venderle parte de los derechos de producción de Tadeo Jones 2, y segundo acordando producir películas con Atresmedia, a la que quitó el recurso en el Supremo a cambio de cuatro millones de euros. La última película participada por El Toro pictures ha sido Séptimo, que también fue rentable, aunque la productora no podrá participar en Atrapa la bandera ni Tadeo Jones 2, films de animación dirigidos por Enrique Gato, "el padre de Tadeo".

Los otros tres pequeños negocios de Intereconoía son la escuela de negocios, un área de conferencias, y la Fundación Intereconomía, donde se cobija el Club de amigos de Intereconomía, que busca la financiación de los medios del grupo a través de donaciones de sus seguidores, que abonan religiosamente alrededor de 14 euros mensuales para salvar al grupo, eso dicen.



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