Los mil y un errores de 13 TV







13 TV nació muerta. Lo hizo copiando el ruinoso modelo de la TDT Party, impulsada por varios empresarios cercanos a la Conferencia Episcopal, que hizo entrada por la puerta grande en marzo de 2011, apenas cuatro meses después del comienzo de emisiones de la cadena.

Soltó ayer Barriocanal que la Conferencia Episcopal necesita una televisión. ¿Para qué? Si ya tenían un medio para ayudar al lobby eclesial, pero lo han decapitado con música y deporte. La Iglesia quizás no fue consciente de los altos costes de la televisión, es por esto por lo que han palmado treinta millones de euros. Porque si querían hacer 13 TV para convertirla en una Radio María televisada, es un gran error, ya que iría camino del desguace-y porque aquí las donaciones a la americana no funcionan-.

Y si querían hacerle la propaganda al PP, que es el único motivo que hemos podido vislumbrar hasta el momento, también es un error, porque Génova paga tarde y mal a traidores, como han podido comprobar en 13 TV, que pese a mantener una línea servil con el Gobierno, siguen recibiendo largas de Soria, que remolonea las licencias mientras Soraya negocia su entrega al duopolio.

La cloaca catódica perpetrada por Samanes es complicada de remontar, pese a la acertada decisión de la cadena de haberlo apartado del mando de dirección de la cadena, quizás una decisión tomada demasiado tarde. Y es que 13 TV, dirigida por varios opusinos rebotados de la Sexta, parece que han mirado poco y mal para su interés propio. No hay más que ver la operación de adquisición de los derechos deportivos de Roures, quizás la última prenda de los aspirantes a directivos hacia su ex jefe, asfixiado por las deudas.

En verano 13 TV remató su ruina, como cuando Veo 7 fichó a Buruaga. Lo hizo intentando ascender "a la Liga de los grandes", donde están Cuatro y la Sexta, camino del 8% de share, mientras la renovada 13 TV no llega al 2%-en los últimos tres meses han alcanzado cuatro días esta modesta cifra-.
Entre estos directivos han sobrado las excusas; que si Kantar Media manipula las audiencias, que si el duopolio se zampa toda la tarta publicitaria, etc. Pocos errores propios han admitido, ni siquiera el error de copiar el modelo deficitario de Intereconomía, a la que plagiaron sin reparo su modelo, mientras perpetraban una OPA de presentadores y tertulianos, que contaban con la complicidad de Génova, a la que tanto debía este grupo de periodistas. Mariano no quería saber nada de Ariza, que dice que lo traicionó varias veces-la última con Mario Conde en Galicia-. Por eso Samanes se creyó que echándose en los brazos de Moncloa salvaría la ruina de 13 TV, cosa que no ha conseguido ni de lejos.

Como decimos, en verano se remató el gazpacho; primero echaron al eficaz Merlos, con la intención de suavizar la imagen de la cadena. Para ello ficharon a Urdaci, eternamente caricaturizado y con una imagen pública por los suelos, ya que está estigmatizado de por vida por su manipulación de TVE en tiempos de Aznar. El navarro Urdaci ha traído una bajada de audiencias a la cadena, pero a la vez disparaba los costes de Al día con tres nuevas corresponsalías y varios fichajes traídos desde Telemadrid y la Sexta.

Y después compraron los ruinosos deportes de Roures, el saldo de mercadillo que intenta colocar desde hace años. Fueron esos derechos los que dificultaron los inicios de la Sexta. Fueron esos los derechos que quebraron Marca TV. Fueron esos los derechos que lastraron Energy. Y fueron esos derechos los que no funcionaron ni en Teledeporte.

Es cierto que este desastre estival ha sido compensado en las últimas semanas; primero apartando como piloto a Samanes. Después deshaciéndose de los derechos de la Liga Adelante. Más adelante cancelando La Goleada, sustituida por la eficaz propuesta de Patricia Betancourt, Detrás de la verdad.
Solo falta liquidar a Urdaci y a Cuesta, tal y como barruntó hace unos días El Confidencial Digital.

13 TV ha seguido la estela cavernaria de Intereconomía, que ya recaudaba con este sistema poco o nada. Pero hasta Intereconomía tenía mejor imagen que 13 TV, que al verla recuerda a la frase que dijo un Manolo Campo Vidal recién aterrizado a Antena 3 en el 92: "Qué cutre todo, qué mal iluminado, parece una tele mexicana". Pues 13 TV también lo parece, y no solo por los técnicos, sino por la caspa que despreden algunas de sus estrellas; Antonio Jiménez y Nieves Herrero, presentadores de la mañana y la tarde de la RNE de Aznar, y Urdaci, director de los informativos de la TVE del vallisoletano.

Los nuevos gestores de la cadena debieran replantearse la imagen casposa que desprenden, el logo ridículo que ilustra su cadena, el mal número escogido para comenzar la aventura-13, en vez de escoger uno entre los diez primeros, que es más eficaz cara a buscar nuevos espectadores- y la web, digna de una televisión local. También debieran desprenderse de los resúmenes que presenta Felipe del Campo, que en la medianoche del sábado pasado marcó un triste 1,2%, y el domingo a media tarde un 1,5% de share, destrozando con ambos espacios la acertada y rentable parrilla cinematográfica del fin de semana. No se han dado cuenta en la cadena que esos resúmenes tienen un valor cercano a cero y que ya no interesan a nadie, porque entre Plus Ligas y piratería, todo el mundo que haya querido ver los goles los ha visto hace rato y en directo. Tampoco ayuda la presencia de tertulias políticas, que envejecen la media de audiencia, por lo que recaudar es cada vez más complicado con estos inútiles contenidos.

13 TV debiera haberse mirado en el espejo de COPE; mientras la emisora quiso ser una cadena de misa de doce y propaganda, no consiguió nada. Lo hizo a partir de fichar estrellas. Tomen nota.

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