El chantaje de Rajoy a Esperanza, la caída del reducto liberal y el ascenso de Ciudadanos







El pretendido pacto subterráneo entre Rajoy y Esperanza Aguirre, "musa de las sombras", ha saltado por los aires semanas antes del comienzo del periodo electoral. Parece que Rajoy, sabedor de su poder omnímodo en el partido, intentó apagar el último foco de resistencia con un pacto con la lideresa, a la que ofreció el puesto de candidata a la alcaldía a cambio de que ésta renunciase a la presidencia del PP madrileño. Con esta operación, Rajoy se aseguraba el control del aparato de la capital, colocaba a Cristina Cifuentes en sustitución de un decapitado Nacho González, al que la prensa genovita ha rematado en la última semana, y entregaba como limosna a Esperanza el puesto de alcaldable.

Pero Aguirre se niega a que le hagan las listas, le diseñen el programa y la obliguen a renunciar a la presidencia del partido en Madrid, por lo que ayer en COPE manifestó que esta dispuesta a renunciar a encabezar el partido en Madrid. Mientras tanto, Ciudadanos ya supera el 18% en intención de voto, según reveló ayer una encuesta publicada por El País, por lo que España parece que aparca el bipartidismo con un empate técnico entre cuatro formaciones. El PP, que en principio no debiera temer el auge de un partido socialdemócrata y laico como Ciudadanos, recela de Rivera, ya que por primera vez en los últimos cuarenta años un partido progresista defiende la unidad de España, exclusividad que hasta ahora le servía al PP para reivindicar la identidad española, posicionándose como mayor garante a la continuidad del Estado. Ciudadanos camina firme mientras Rosa Díez intenta estérilmente derribar a la formación con diez dardos o golpes bajos desde las páginas de El País

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