El órdago en público de la Conferencia Episcopal al PP parece haber surtido efecto. Y es que los obispos han dicho basta cansados de perder dinero-cuarenta millones de euros hasta el momento-, mientras desde Moncloa, que goza de la propaganda de 13 TV, torea sotanas retrasando la entrega de nuevas licencias TDT. Pero al menos empresas afines a Génova parecen haber arrimado el hombro.
Uno de ellos es Enrique Cerezo, mimado por Esperanza Aguirre con licencias de la TDT y con la compra de derechos cinematográficos de Telemadrid, que cambió hace un año las deudas de 900.000 euros de 13 TV a su empresa que le vende películas, Vídeo Mercury Films, a cambio de un 3% de la compañía.
Cerezo, enfangado ahora en el caso del ático de Ignacio González, no ha sido el único en apoyar al canal, ya que el Banco Popular, mimado por el Ejecutivo, se hizo en abril del pasado año con casi el 15% del capital a cambio de inyectar cuatro millones de euros. Ahí es nada.
Mejora la audiencia sin Siro López, pero sigue sobrando Urdaci
Al menos ambas empresas habrán advertido como 13 TV está mejorando sus resultados en marzo, ya que roza el 2% de share en lo que llevamos de marzo, en parte gracias a la subida de El Cascabel, a la acertada emisión de triple ración de cine en las tardes diarias, a la sustitución de resúmenes ligueros por cine en el fin de semana y por la llegada de Detrás de la verdad por La Goleada, que costaba el doble que el show de sucesos. La única prioridad de 13 TV, que ahora goza sin el lastre de Samanes, es la salida de Alfredo Urdaci, que sigue sin remontar en los informativos. Unos informativos que hacen coberturas especiales en manifestaciones en contra del aborto, tema por el que 13 TV no ha hecho sangre contra el PP, mientras hipócritamente Antonio Jiménez despedía en directo a uno de sus tertulianos por el aborto como tema principal.
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