Hace una década aparecía en nuestras pantallas Andreu Buenafuente, el cómico que iba a intentar derribar del trono nocturno a Sardà, con quien el de Reus había trabajado en televisión. Antena 3 lanzaba entonces su enésima apuesta en la medianoche, apostando por un profesional que se había criado profesionalmente en la SER, había saltado a la televisión de la mano de Arús y se había consagrado como una década como estrella de TV3 con programas de autor como Sense titol, La cosa nostra o Una altra cosa, producidos por El Terrat, la factoría del cómico, que ya había intentando saltar a las privadas nacionales en 2001, cuando patinó doblemente en Telecinco con el late-show La última noche y con la sitcom Moncloa, ¿dígame?. Pero dos años después, El Terrat había lanzado con éxito Homo Zapping, lo que había ayudado a abrirle camino a Andreu, que ya había sido tentado por la TVE de Zapatero.
Y Andreu aterrizó bien en Antena 3, que agradeció el "soplo de aire fresco" que supuso la llegada del presentador, una de las revelaciones de la temporada. Pero Sardà se jubiló a los seis meses y Andreu se quedó solo como presumible rey de la medianoche, privilegio que no pudo conservar ya que las dos temporadas posteriores su desgaste fue máximo, adoleciendo en su show una enfermedad crónica que le persigue; su incapacidad de renovarse, ya que para bien y para mal hace siempre el mismo programa.
En junio de 2007 a Antena 3 no le salían los números, por lo que Carlotti le ofreció una salida digna; presentar un nuevo show de prime-time. Pero Andreu rechazó la oferta, ya que la Sexta, cadena de la que es accionista fundacional, le abría sus puertas. Durante cuatro temporadas intentó mantener el nivel en la cadena verde, pero de nuevo los números, de audiencia y económicos, jugaron en su contra y el programa se canceló. Andreu se intentó tomar un año sabático, trabajando entre medias esporádicamente en TV3 con Eduard Punset y presentando los Goya. Pero en abril de 2012 volvió, aceptando el ofrecimiento que había rechazado cinco años antes; presentar un espacio en prime-time de Antena 3. Pero Buenas noches y Buenafuente fracasó, emitiéndose tan solo siete programas. Ahí empezó su crisis; ERE en El Terrat, crisis profesional y proyecto, esta vez para Mediaset, que no llega. En su particular annus horribilis Andreu protagonizó un documental, El culo del mundo, donde explicaba su crisis existencial. Esos malos momentos se quedaron atrás, ya que con varios contratos publicitarios bajo el brazo Andreu puso en pie En el aire, un show que mezclaba su late-show de siempre y el formato de actualidad que rechazó Cuatro. Tras una prometedora primera temporada, Buenafuente ha vuelto a quemarse, consiguiendo irregulares resultados que le convierten por desgracia en irrelevante.
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