El dupolio es consciente de que el Gobierno no dejará pasar la oportunidad de tirar la soga al cuello de ambos gigantes con la zanahoria de los nuevos canales TDT, todo ello con tal de asegurarse una alfombra mediática en la próxima campaña de las generales. Las duras palabras contra ellos de José María Marín Quemada, presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, se barruntan de credibilidad similar a cuando el grupo parlamentario del PP llevó al Congreso la posibilidad de la vuelta de la publicidad a TVE; el chantaje permanente.
Paolo Vasile sabe que con la quita y entrega de canales su Mediaset perderá la confortable posición de dominio de señales que ostenta hasta el momento. Porque el directivo italiano intuye que el Supremo le arrebatará cuatro y el Gobierno le podría compensar con dos, por mucho sacrificio en la plaza pública a Cintora, por mucho masaje de Piqueras a Rajoy y por mucha obsesión de Un tiempo nuevo con Venezuela. Moncloa no se fia de él, con razón, por lo tanto Vasile acabará con cuatro señales, teniendo que ceder como prenda a Boing y Energy. Es por ello se quejó ante sus accionistas porque el Gobierno sume al grupo en una gran "inestabilidad".
En Atresmedia podrían salir mejor parados, aunque conociendo el evidente divorcio de Rajoy con el que se presumía su grupo mediático más afín, pueden salir trasquilados. Sea cierto o no, es evidente que Atresmedia ha perdido privilegios con Moncloa, ya que la aguerrida línea editorial de la Sexta hace que a Rajoy le duela la cabeza. Fue por lo que Herrera se ha marchado a COPE con la mediación de Carmen Martínez de Castro, por lo que Onda Cero se queda desnortada, y ni siquiera el contrapeso genovita de La Razón, con Casals jugando en las tinieblas, puede salvar al grupo de la quema. Aun así el calendario y el sentido común favorecen a Atresmedia, que podría recuperar las dos licencias que le podría levantar el Supremo.
E incluso a finales de año Silvio González podría gozar de un dominio de número de señales, si hay pacto entre Planeta y Mediapro, que a través de Imagina produce más del 85% de la producción propia de la Sexta, por lo que Roures puede tener un conflicto de intereses y liberar Gol T, ahora que se barrunta que la venta conjunta de la Liga podría tirarle a la cuneta en beneficio de Telefónica-que en cuento se confirme la compra del Plus ostentará el 85% de los ingresos de la tele de pago, el 70% de los clientes y encima solo cederá el 50% de sus canales premium a su cada vez más marginal competencia-. También Roures ve como ha conseguido que Al Jazerra entre en nuestro país con Bein Sports, que comienza a operar el primero de agosto y que en principio será un canal menor con presencia en todas las plataformas de pago, algo que lo que no disfrutaba con Gol T desde un pacto con Prisa.
Está claro quienes son los cuatro actores para recibir las seis licencias; el duopolio, la cadena gubernamental, 13 TV, y la productora gubernamental, Secuoya-que gestiona la autonómica murciana y factura por servicios para teles controladas por el PP como Aragón TV, Castilla-La Mancha Televisión, Telemadrid, IB3 o TVE, donde se encarga de los servicios técnicos de diez centros territoriales y para la que prepara un nuevo show con Buruaga, socio de la productora-.
Las dos opciones de Rajoy están claras; calmar al duopolio entregándoles dos señales a cada uno, reservándose las otras dos para premiar a 13 TV, que lleva un lustro haciéndole la propaganda, y a Secuoya. Pero la otra opción es entregar solo uno a cada operador, por lo que Mediaset y Atresmedia debieran sacrificar canales asentados y rentables como Divinity o Nova, y darles dos a 13 TV y otras dos a Secuoya. A 13 TV le vendría de perlas, porque no solo se ahorraría el alquiler de su señal, algo por lo que se queja Barriocanal, sino que podría pasar a medio plazo en casero, por lo que le podrían salir las cuentas en un lustro. Y a Secuoya también le vendría bien, y de hecho ya anunciado que podría ir de la mano de una major americana, pretendiendo un canal generalista que gestionarían ellos y otro temático, que podría ser Disney Channel, Paramount Channel o FOX.
Aunque estos cuatro actores no son los únicos que pretenden señales. La quiere Intereconomía, cuyo departamento de comunicación nos ha dicho que lo están barajando, aunque teniendo en cuenta su inestabilidad financiera, su distancia con Moncloa y los seis millones de euros que hay que dar de fianza, lo vemos como poco probable. También lo tiene difícil Real Madrid TV, el viejo sueño de Florentino Pérez que se ha quedado algo añejo. Ni siquiera los contactos del mandamás de ACS le podrían bastar en esta ocasión, porque hay más novias para emitir en abierto que para quedarse con las basuras de Madrid. Roures por su parte también lo tiene complicado, y se queja en una entrevista de que se dará por dedazo político. Él sabe de lo que habla, porque disfrutó de esta situación con la Sexta. También las quieren El Corte Inglés, en horas bajas, pero la producción propia exigida pudiera ser un impedimento para La Tienda en Casa. Y hace tiempo Al Jazeera señaló que estarían dispuestos, aunque parece que ahora están en otras cosas. También ha confirmado que irá al concurso Prisa, al que sus prebendas de salvamento gubernamental podría hacerle incompatible con el citado caramelo. Los que sí que dependen del concurso son Unidad Editorial y Vocento, dos grupos lastrados por periódicos en quiebra técnica. Y es que de los pocos ingresos seguros que tenían era el arrendamiento de canales, por lo que la quita de un canal a cada una por parte del Supremo, les divide en dos sus ingresos, amén que otros arrendatarios pudieran optar por las suyas propias, por lo que tendrían complicaciones para conseguir huésped. Atento también está Movistar TV, ya que la eliminación de canales temáticos en abierto le ayudaría a seguir ganando abonados.
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