Andreu Buenafuente lleva años viviendo de rentas. Y es que al cómico catalán, funcionario del humor, le costó la cancelación de su late-show en 2011 su empeño por aferrarse al esquema de un formato, el late, que si se hace con rutina acaba siendo insoportable.
El presentador intentó volver a la televisión en prime-time con el fallido Buenas noches y buena suerte, donde repetía hasta la saciedad su falta de imaginación-en contraposición a lo que hace Pablo Motos-. Cuando le cancelaron el programa tras un mes de emisión, comprendió que se dirigía por el camino equivocado, y tras un año en el dique seco volvió hace dos temporadas con En el aire, donde se ha intentado reinventar con la actualidad como bandera.
Pero le guste o no, En el aire era prescindible y solo pudo cristalizar por los patrocinadores que confiaron en él más que Atresmedia, y ahora, dos años después, ve como el programa ha sido cancelado por Atresmedia, por mucho que se excusen con un "acuerdo entre cadena y El Terrat".
Buenafuente iba por detrás de la media de la Sexta, que se disparaba hacia los dos dígitos a la vez que el de Reus se estancaba en un 7%-contra discreta competencia-. Este otoño el showman protagonizará su primera película, El Pregón-producida por Atresmedia, a la que factura Salvados-, se pondrá al frente de un espacio low cost radiofónico, Nadie sabe nada, para la Cadena SER, y acaba de fichar por Movistar +, donde podría hacer un formato similar al citado para Canal +.
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