"Señoras, señores, me alegro. Buenos días". Así arrancaba a las seis de la mañana Carlos Herrera en su tercera etapa en COPE: "Este es un día particularmente especial ya que vuelvo a esta casa por tercera vez, en esta ocasión en un estudio remozado en el que hay más gente que a la salida de "La Candelaria". A ver si estáis aquí todos un 13 de enero. En fin, este día estrenamos mes y estrenamos muchas cosas. Porque el 1 de septiembre quiere decir muchas cosas; a algunos se les acaban las vacaciones, otros temen que la avalancha política que se avecina y otros saben que el verano se desvanece. Con un asomo del primer otoño, arrancamos temporada con humildad franciscana, en este programa de nueva factura que estrena emisiones. En lo personal, volver a la radio tras meses de paro biológico forzoso con el panorama revuelto, obliga a preguntarse qué habría hecho estos cinco meses. ¡Vaya panorama! Con cada espécimen en concejalías con mamandurrias que iremos describiendo en meses venideros."
Y añadió: "Esto que comienza es un programa de radio, nada menos, pero tampoco nada más. Es decir, esto no es una maquinaria de ajuste de cuentas, ni pretende influencias políticas, ni es un hisopo evangelizador, ni es una pasarela para lucimientos personales. Esto es un espacio informativo que a partir de las diez cobrará la cotidianidad de los fósforos, que nos cuentan qué les da miedo, qué les emociona, cómo educan a sus hijos o dónde les entró el último apretón imposible".
Y remató la jugada: "Esta empresa está comprometida de verdad, no de boquilla-¿palo a Atresmedia por la Sexta?-. Sin sectarismos. Cada uno realiza la radio según es; hay cada triste por ahí que dan ganas de llorar-¿por Alsina?- y hay tíos jocundos que creen que esto es un chiste-¿por Losantos?-". Después sonó la canción "He vuelto" de El Barrio y Herrera comenzó a dar las noticias del día, trabajo en el que se va a emplear los tres próximos años.
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