El País ha decidido no tomar partido en las luchas internas que vive estos días el PSOE, partido al que tutela mediáticamente desde hace cuatro décadas. El diario de Prisa es cierto que ni quiere defender a capa y espada a Sánchez, pero tampoco se quiere poner en contra a los barones territoriales socialistas del sur. Pero en su editorial se pregunta por qué se ponen trabas previas a una negociación con Podemos por la exigencia de Podemos a celebrar una consulta en Catalunya cuando el mismo partido "el que anima, como es debido, a Rajoy a negociar sin condiciones previas con Mas":
La puesta en valor del comité federal como el órgano donde debe decidirse la política de pactos es correcta, pero resulta demasiado evidente que responde a las tensiones internas. El PSOE no es una fuerza presidencialista, y por lo tanto su líder carece de los amplios márgenes con los que cuentan los dirigentes de partidos más personalistas. Siendo irrefutable que la política de acuerdos se decide en el comité federal, también lo es que nadie dio prioridad a ese órgano a la hora de pactar con Podemos o con Ciudadanos para aupar a miembros del PSOE a las presidencias de diferentes comunidades autónomas y alcaldías. Cada dirigente territorial lo organizó con arreglo a sus criterios y a las posibilidades que daban los resultados en las urnas.
El secretario general sale de la reunión del comité federal con capacidades muy limitadas para representar al partido. La condición más llamativa es la de no sentarse con Podemos hasta que este “renuncie” al referéndum exigido para Cataluña; una limitación que prácticamente equivale a cerrar la puerta a Pablo Iglesias. Es bastante paradójico que el Partido Socialista sea el mismo que anima, como es debido, a Rajoy a negociar sin condiciones previas con Mas.
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