En plena resaca del debate online, El País ha sacado pecho esta mañana, atizando en el editorial a Rajoy por negarse a acudir al debate: "Los tres pudieron ocupar enteramente la escena y transmitir una imagen de renovación a causa de la ausencia de quien estaba igualmente invitado, pero declinó acudir: Mariano Rajoy. Horas antes, el presidente y candidato había dicho que él solo va a los debates “importantes”, en alusión al cara a cara con Pedro Sánchez previsto para el final de la campaña a las elecciones al 20-D. No está el PP tan sobrado de apoyos seguros como para esgrimir este argumento. El atril que Rajoy dejó vacío le ha ahorrado el desgaste de tener que replicar a los ataques que le habrían sido dirigidos de forma directa, a cambio de mantener una actitud excesivamente de retaguardia frente a lo que se configura como una vanguardia de jóvenes políticos. En medio de la volatilidad de las intenciones de voto mostrada por las encuestas, los ciudadanos necesitan que los partidos contendientes, y por lo tanto sus líderes, aclaren los proyectos y confronten las ideas. Poco van a aportar los mítines tradicionales destinados a los previamente convencidos, y es dudoso que la proliferación de comparecencias de políticos en programas televisivos de entretenimiento sirva para decidir a quién votar. Los debates a los que los candidatos concurren directamente constituyen la mejor fórmula para decidir el curso de una campaña muy distinta a las que precedieron a anteriores elecciones generales".
El País se acuerda de Rajoy tras el debate
En plena resaca del debate online, El País ha sacado pecho esta mañana, atizando en el editorial a Rajoy por negarse a acudir al debate: "Los tres pudieron ocupar enteramente la escena y transmitir una imagen de renovación a causa de la ausencia de quien estaba igualmente invitado, pero declinó acudir: Mariano Rajoy. Horas antes, el presidente y candidato había dicho que él solo va a los debates “importantes”, en alusión al cara a cara con Pedro Sánchez previsto para el final de la campaña a las elecciones al 20-D. No está el PP tan sobrado de apoyos seguros como para esgrimir este argumento. El atril que Rajoy dejó vacío le ha ahorrado el desgaste de tener que replicar a los ataques que le habrían sido dirigidos de forma directa, a cambio de mantener una actitud excesivamente de retaguardia frente a lo que se configura como una vanguardia de jóvenes políticos. En medio de la volatilidad de las intenciones de voto mostrada por las encuestas, los ciudadanos necesitan que los partidos contendientes, y por lo tanto sus líderes, aclaren los proyectos y confronten las ideas. Poco van a aportar los mítines tradicionales destinados a los previamente convencidos, y es dudoso que la proliferación de comparecencias de políticos en programas televisivos de entretenimiento sirva para decidir a quién votar. Los debates a los que los candidatos concurren directamente constituyen la mejor fórmula para decidir el curso de una campaña muy distinta a las que precedieron a anteriores elecciones generales".
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