Elogio envenenado a Mariano Rajoy







En nueve días se celebrarán unos comicios en los que según señalan todas las encuestas ganará un señor que aparece ni más ni menos que treinta y cinco veces en los papeles de Bárcenas; Mariano Rajoy Brey, individuo que ha hecho del inmovilismo y la sumisión a Alemania su forma de gobernar.

El mundo se preguntará si los españoles están mal de la cabeza por votar a un señor que está demostrado que es un corrupto y que ha recortado a los más desfavorecidos, pero no lo somos, solo que Rajoy ha decidido italianizar en el futuro nuestra política, donde al igual que ocurre en el país transalpino la corrupción está tolerada, hay una sopa de siglas ingobernables y el día a día se dirime en los platós de televisión.

Pero, ¿cómo afronta Rajoy las elecciones como líder destacado en votos? Aparte de los votos de la extrema derecha, de la España profunda, de los jubilados y de los señores y señoras de pueblos pequeños, lo ha logrado con la puesta en marcha de la Operación Mitterrand, líder del socialismo francés que mimó en los ochenta a Le Pen y el FN, partido racista que ahora lidera su hija y que ha hundido al mismo socialismo que ahora pide el voto para la derecha moderada, esa misma que su antecesor intentó hundir.

Este hecho ha sido miméticamente replicado por Pedro Arriola, gurú en los medios de Rajoy, que incluyó a Podemos en el CIS antes de las europeas, pese a que después hipócritamente los tildó de "frikis", periodo donde Iglesias gozó de gran presencia en un duopolio dependiente del Gobierno por múltiples prebendas.

El Gobierno infló a Podemos para desinflar al PSOE, pero Podemos se les fue de las manos, su intención de voto se disparó por encima incluso del PP, hecho que alarmó al Ibex por su programa económico, obteniendo en las pasadas primaveras grandes capitales como Madrid o Barcelona. Había que hundir entonces a Podemos, cosa que hicieron los periódicos, dependientes del crédito de la banca y de la publicidad institucional, tal y como hemos visto en los cambios de director de El País, El Mundo o La Vanguardia, los tres diarios más molestos durante un tiempo para Moncloa.

Se puso entonces en marcha la operación, similar a la que derribó el proceso catalán, en este caso mediante filtraciones de Jorge Fernández Díaz y el CNI a El Mundo, ABC y La Razón. Y viendo que el discurso sobre ETA y Venezuela no era efectivo contra Podemos, se intentó desacreditar a Pablo Iglesias, entonces contra su pareja, Tania Sánchez Melero, a Juan Carlos Monedero y a Íñigo Errejón, este último indemne a cualquier crítica.

Y claro, consiguieron hundir Podemos, que solo mediante pactos con nacionalistas como Anova, Compromís y la órbita de Ada Colau, mantuvieron al partido con las expectativas electorales por encima del techo del PCE, pero vamos, que el partido de Pablo Iglesias ya no tenía opciones de victoria, pero el PP no contaba con la irrupción de Ciudadanos, oxigenado por el Ibex a espaldas de Moncloa, y todo cambió, pero quedaba el PSOE vivo, y claro, había que levantar el pie contra Podemos y lo han hecho, por lo cual Iglesias está en condiciones de conseguir el sueño del sorpasso sobre el PSOE y convertirse en líder de la oposición de Mariano Rajoy Brey. Enhorabuena.

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