El Grupo Intereconomía cumplirá veinte años en su peor momento







Poco confeti barrerá Julio Ariza el año que viene, cuando su Intereconomía cumpla veinte años. El holding ultraconservador nació tras la patada de Aznar a Vidal Quadras firmado implícitamente en el Pacto del Majestic, decapitación que acabó de rebote con la salida del entonces diputado del PP no solo del Parlament, sino de Catalunya. Madrid acogió entonces al empresario navarro, que inició su imperio comprando Radio Intereconomía, emisora residual cuya parrilla se nutría de información financiera y de música clásica.

En los años del aznarismo a Intereconomía le costó hacerse un hueco, en unos tiempos mediáticos protagonizados por Telefónica, Prisa y personajes como Pedro J. Ramírez o Luis María Anson. En esta etapa Intereconomía se hizo grupo tras la compra de la agencia Fax Press, de la cadena de televisión Expansión TV y de la revista Época.

Aprovechando la escasa implantación de la TDT, Ariza coló Intereconomía TV en abierto gracias a una licencia de Vocento. Es entonces cuando al grupo del toro le llegó la fama al convertirse en un látigo radical contra el zapaterismo. Es ahí cuando Ariza acerca sus posiciones a las del Partido Popular, que ostentaba un poder autonómico que fue aprovechado por el grupo conservador, que recibió licencias, publicidad institucional y mimos a raudales.

Gracias a este pacto subterráneo, Intereconomía apartó a un sector franquista que había anidado en Radio Inter, adquirida en plena expansión del grupo tras la concesión de un siniestro crédito de dieciocho millones de euros otorgado por Rodrigo Rato, accionista del grupo, para la compra y relanzamiento de La Gaceta, sucesor natural de El Alcázar, cuyas páginas madrileñas financiaban empresas públicas con el plácet de Esperanza Aguirre y cuya edición balear tenía siniestros vínculos con Jaume Matas y alrededores.

La clave de esos años dorados de Intereconomía fue la creación de un llamativo modelo de televisión, calco del radiofónico, cuyos estandartes eran dos polémicas tertulias; El Gato al agua y Punto Pelota. Ariza nutrió entonces esa televisión con comunicadores como Antonio Jiménez, presentador del matinal de la radio estatal con Aznar, Javier Algarra, jefe de informativos de la Onda Cero "telefónica", y Pilar García de la Granja, trío con vínculos evidentes con Génova.

Las cambiantes relaciones entre Intereconomía y el PP se pueden ver comprobando el comportamiento del grupo de Ariza en dos elecciones; las europeas de 2009 y las gallegas de 2012. En las elecciones europeas Intereconomía impulsó una alianza entre Ciudadanos, al que Ariza mimaba como sucesores del "vidalquadrismo", y Libertas, formación extremista que contaba con una buena partida económica para implantarse en la piel de toro. La operación fue vendida en Génova como una forma de frenar a UPyD, por lo cual el pacto entre Ariza y Rajoy iba a las mil maravillas. Pero llegó 2012, y el empresario navarro ya había advertido que Rajoy no lo iba mimar cual Roures, por lo cual utilizando un tertuliano de El Gato al agua, tal y como hizo con Libertas, buscó que Mario Conde rompiese la mayoría de Feijóo.

Esa fue la gota que colmó el vaso en las relaciones entre el grupo y Rajoy, que había concedido la última entrevista en la campaña de 2011 a Intereconomía TV, pero que había decidido sumar a Ariza en el grupo de los Losantos y Pedrojotas mientras rescataba a El País y La Sexta, pensando más en conservadurizar los medios progresistas que en aliarse con este trío radical que había intentado tutelarle políticamente, no como ABC, La Razón o Antena 3, que le apoyaban sin fisuras ni consignas.

Las elecciones de 2011 supusieron la muerte en práctica de Intereconomía, que había apostado todo a ser rescatado por sus supuestos amigos cuando llegaran al poder tras hipotecarse hasta las cejas con sus amigos en la oposición. Roma no pagó a traidores y Ariza, que alardeaba de austeridad mientras se gastaba dos millones de euros al año por alquilar varias plantas en La Castellana, cayó, sobreviviendo en la marginalidad durante tres años de periplo por el desierto. Las consecuencias fueron varias; Vocento le cortó la señal a su cadena de televisión por una deuda de casi seis millones de euros que los editores de ABC dan por perdidos, hubo ERES, huelgas, concursos de acreedores, denuncias de impagos y de corrupción por parte de algunos de sus ex comunicadores, y solo gracias a un par de acuerdos millonarios con el duopolio en materia cinematográfica, único mimo del PP a Intereconomía en esta última legislatura, Ariza no tuvo que cerrar.

Las líneas de actuación del Grupo Intereconomía a día de hoy, con Ariza mimando en la semiclandestinidad a un proyecto fallido como VOX, son cuatro. En primer lugar Intereconomía TV emite solo en abierto en Madrid y Baleares, manteniendo acuerdos para emitir algunos programas a través de dos cadenas autonómicas de Aragón y Murcia y tres locales, dos gallegas y una tele de Guadalajara. También la señal está disponible en las plataformas de pago y en internet, pero el ímpetu televisivo ya no es el de antaño, aunque se mantienen formatos como El Gato al agua y Punto Pelota en mínimos y para rellenar la parrilla se emite un formato low cost llamado La redacción abierta. Lo demás son repeticiones, cine clásico y espacios que paga Russian Today mediante alquiler, ya que Putin imparte su doctrina antieuropeista por medios de la extrema derecha y extrema izquierda de toda la Europa civilizada.

En televisión los ingresos son exiguos, El Corte Inglés, teletiendas y algunos spots del despacho de abogados de Miguel Durán, amén de autopromociones de productos como Intereconomía Energía, último invento del grupo para recaudar, y de el Club de amigos de Intereconomía, con el que consiguen rascar la pensión a algunos pensionistas, amén de las encuestas sobreimpresionadas constantemente en su pantalla, por las cuales recaudan por voto casi euro y medio en tiempos de Twitter.

La segunda línea de actuación, que da beneficios exiguos, son las radios, aunque se han desenganchado la mayoría de emisoras tanto de Radio Intereconomía, que como todos los medios económicos es minoritario pero rentable, ya que las empresas del Ibex temen dardos especializados, y Radio Inter, que alquila franjas horarias a consultorios de salud, seis horas diarias, o a una radio china. Entre ambas emisoras suman una treintena de postes, cuando años atrás superaban el centenar, pero la marcha de sus dos estrellas matinales, Luis Vicente Muñoz y Carlos Peñaloza, ha dejado ambas emisoras en mínimos, por mucho que el matinal económico se siga llamando Capital o por mucho que el falangista Eduardo García Serrano intente hacer ruido a primera hora de la emisora generalista.

La tercera vía son las webs, tuteladas por Julen, hijo del propietario del holding, que cuenta con media docena de páginas-La Gaceta, Punto Pelota o Negocios-, se supone que rentables, y la cuarta son un sinfín de empresas diversas, fundaciones, escuelas de negocios, conferencias y una revista en papel, Diplomacia, que vive de las suscripciones de organismos públicas.

Parte de la mala imagen de Intereconomía es culpa de lo que hace tres años llamamos "ocho pecados capitales de Julio Ariza". Recordemos el artículo:

1- Su implicación en el "Tamayazo".

Después de leer el rencoroso libro de Enrique de Diego parece claro que durante años el "Tamayazo" ha sido una de las claves de tal chorro de millones. Durante las tensas jornadas del pucherazo de Esperanza Aguirre y los constructores en 2003 para derribar la presidencia de Rafa Simancas, Tamayo tenía de escolta José Antonio Expósito, que inmediatamente después fue contratado por Julio Ariza como jefe de seguridad. Desde entonces Intereconomía no ha parado de recibir prebendas de Esperanza.

2- Julio Ariza y Caja Madrid.

No solo de licencias vive el hombre. Julio Ariza soñó durante años poseer una cabecera en papel para consolidarse como el Polanco de la derecha. Y su sueño se cumplió tras un intento fallido, con Anson a la cabeza. Ariza compraba La Gaceta gracias a un crédito de Caja Madrid de dieciocho millones de euros y Rato y Esperanza Aguirre tenían mucho que ver en ello.

Menos dinero pero incluso más escandaloso fue lo de Rodrigo Rato, que es accionista del Grupo Intereconomía con un 5% a través de la empresa El Manantial de la Información. La Fiscalía General del Estado denunció que Rodrigo Rato había "autorizado y firmado"un crédito de 2,2 millones de euros "contra el criterio de la comisión de riesgos del banco". Increíble pero cierto.

3- El triángulo de las Bermudas de Ariza.

Otro de las vías de ingreso de Julio llegaron desde el Mediterráneo. Y todo queda en familia; Ariza es íntimo de Esperanza Aguirre, cuyo nexo es Güemes. Y éste está casado con la hija de Carlos Fabra, presidente durante décadas de la Diputación de Castellón. Ariza consiguió gracias a sus amistad con Fabra o Camps más licencias TDT, más licencias de radio y publicidad institucional a raudales.

La más famosa de las operaciones de Julio en el Levante fue un boicot al programa Caiga quien caiga. El programa que entonces emitía la Sexta envió a un pleno de la Diputación de Castellón a la reportera Estibaliz Gabilondo. Y lo que iban a ser una serie de preguntas incisivas a Fabra, al que todos los años le toca el Gordo, se convirtió en un acoso que vio toda España a la periodista por parte de un grupo de desconocidos. ¿Y quién estaba entre esos desconocidos? José Antonio Expósito, el famoso escolta de Tamayo acompañado por un grupo de trabajadores de Intereconomía.

El hombre fuerte de Ariza en Valencia era Fernando Quintela, que dejó Ariza para dirigir el Canal Nou, comprando nada más llegar tres documentales de 600.000 euros que habían sido emitidos antes por Intereconomía. También, y gracias a su amistad con Matas, llegaron a jugosos acuerdos en Baleares, mientras que  Murcia, Intereconomía ha estado durante años ganando dinero como accionista de la empresa que ha gestionado la televisión autonómica.

4- Las aventuras políticas de Ariza Jones.

Julio Ariza siempre ha creído que los políticos que administraban licencias y millones para los medios le iban a solucionar la papeleta; 23 millones de pérdidas solo en 2011, una plantilla sobredimensionada-800 empleados- y unas deudas salvajes

Aunque son conocidos los guiños de Intereconomía a la extrema derecha también ha intentado ahogar a esta cuando le ha convenido. Cuando el grupo compró la vieja "Inter" lo primero que hizo Ariza fue expulsar a los miembros de Alternativa Española-con el yerno de Blas Piñar a la cabeza-, que copaban todos los programas de Eduardo García Serrano en la cadena y cancelar un programa de La Falange.


5- Viviendo por encima de sus posibilidades.

Hay que tener mucha cara para pedirle limosna a tus televidentes con la mentira de que ZP te está haciendo la vida imposible económicamente, mientras te gastas casi 2,5 millones de euros anuales alquilando cuatro plantas en plena Castellana. O mientras te metes en un periódico empufándote para siglos.

6- La Guerra Civil de Julio.

El opusino empresario ha ayudado a crispar a la sociedad española en los últimos años con un evidente guerracivilismo y algunos guiños lamentables. Lo peor que se ha podido ver en Intereconomía TV ha sido sin duda sus editoriales; como cuando comparaba miserablemente a ZP con Hitler por los abortos o como cuando llamaba anormales a los gays en su lema "364 días de orgullo de gente normal".

También la polémica emisión de eucaristías desde El Valle de los Caídos, los insultos a Zapatero, los montajes para insultar a los del 15-M-"aquí huele a porro que tira para atrás" decían-, los homenajes a Franco y Primo de Rivera en España en la memoria o los "puerca" o "zorra" de García Serrano ante las risas de Antonio Jiménez.

7- Recaudar dinero para los parados, el montaje del siglo.

Muévete contra el paro fue una exitosa maratón de 24 horas de Intereconomía donde recaudaron 720.000 euros contra el paro. La Asociación Nacional de Desempleados acusó a la cadena de estafa tras "no ver un duro" cuando habían ayudado al programa con 70 voluntarios.

Cáritas se lo llevo todo o casi todo, porque algunos confidenciales acusaron a Ariza de haberse quedado parte del dinero recaudado, ya que se anunció que se había llegado a la cifra de 750.000 euros y a Cáritas llegaron 720.000, además de los 90.000 euros que recaudó el grupo en llamadas de líneas 902 y SMS que fueron a parar directamente a las cuentas de Intereconomía.

8- Risas ante el cierre de Público

Desde La Gaceta celebraron el cierre de Público con alborozo. Cuando las barbas de tu vecino veas cortar..... . Ahora Ariza sufre en La Gaceta males similares y se lo tiene que tragar.
Entonces el propio Ariza dijo que Roures debería poner su patrimonio personal para pagar las deudas con los trabajadores, cosa que él no hace con la mala situación de su grupo.

Su ruina se produce a la vez que su ex-amigo Enrique de Diego le acusa de descapitalizar Intereconomía para "salvar el culo". Además cuenta Enrique que Julio acaba de adquirir un nuevo millonario chalet en Mirasierra. Para algunos la crisis es de boquilla y siempre pierden los mismos. A De Diego le han acusado de vivir "por la cara" en una de las propiedades de Ariza. Enrique ha contestado que es verdad que Julio le ofreció un piso, que le avisó que era de su padre, pero que luego tuvo que pagar el alquiler descubriendo que no era verdad lo del padre porque no se hablaba con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario