Mediaset ha tomado en los últimas días la decisión de abrir las puertas del chalet más famoso de Guadalix de la Sierra a diversos famosos para que añadan pimienta a una anodina edición de Gran Hermano VIP.
Y es que pese a los esfuerzos económicos del grupo italiano, GH VIP no está cumpliendo las expectativas, siendo su síntoma más evidente el del pasado jueves, noche en la que el programa no llegó al 23% de share-siete puntos y medio por debajo de la edición anterior-.
Las razones de esta aburrida edición son principalmente siete; la calculada estrategia inmovilista de Raquel Bollo y Rosa Benito, la tristeza que transmite Julián Contreras, la falta de chispa de Sema, que solo vale para protagonizar algunos sketches efímeros, la falta de amor o sexo en el programa, el agotamiento del culebrón entre Javier Tudela y Laura Matamoros, la decepción de Charlotte como nueva concursante y la expulsión del Pequeño Nicolás.
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