Réquiem por el cine español

Mientras algunos despistados creen que el cine español vive por sus mejores momentos, argumento avalado por los crecientes datos de taquilla de nuestros films, la realidad es bien distinta. Y es que el futuro de nuestro cine es siniestro. Porque mientras nuestra política se italianiza, nuesto cine también lo hace. Y lo hace porque al igual que en el país transalpino, las películas medianas y la industria han desaparecido.

Así lo cuenta el colectivo Furtivos en El Confidencial: "La producción de cine ha quedado en manos de dos grupos mediáticos, Atresmedia y Mediaset, optando por producciones acordes con su línea de negocio centrada en la televisión” (...) Es decir, “han desaparecido las producciones medianas quedando únicamente las grandes producciones millonarias o las películas de bajísimo coste".

Diego Galán señalaba hace unos días en El País que las subvenciones públicas a nuestro cine han descendido un 33% entre 2009 y 2016, tal y como exigían los subvencionados periódicos de la caverna desde hace años, molestos por la revisión que hizo esta industria de la Guerra Civil de los ochenta y por el "No a la guerra" en el ocaso del aznarismo.

El crítico también señala que el 87% de los contenidos cinematográficos que se consumen en nuestro país se hace vía pirateo, robo todavía impune a día de hoy. ¿Y qué piensa el Gobierno del cine español? Pues está encantado: nuestro cine se ha despolitizado, el duopolio ha convertido todo en comedias irrelevantes, films de acción protagonizados por Mario Casas y Hugo Silva y mediocridades varias.