Entrevista farragosa la que protagonizó anoche el protagonista rosa de la semana: Luis Rollán. El ex colaborador de Sálvame se sentó en el Deluxe ante María Patiño y colaboradores para explicarse de las acusaciones del paparazzi Jordi Martí, que señala que el andaluz ha vendido a sus amigos VIP para sacarles por la espalda miles de euros a cambio de su confianza. Es decir, que convivía con sus famosos y avisaba a la prensa para que los apuñalasen, repartiéndose beneficios con el fotógrafo de turno.
Pero Rollán, que admitió haber traicionado a Laura Matamoros por hacerle un favor a un amigo, se excusó del tema echando balones fuera en todo momento y dejando en el aire un supuesto chantaje de Martí, que según el periodista le estaría amenazando con contar falsos trapos sucios sobre su novio. "A mi nunca me han agredido y estás cometiendo un delito escribiéndolo (...) Este señor iba diciendo que mi pareja me había pegado con una vela y al director del Deluxe le dijo que me había dado con un bate de béisbol. Hablaba de conflictos familiares o de lo que se hace en una cama", señaló Rollán, dejando claro que supuestamente le están amenazando con desvelar que ha sido maltratado por su pareja. Esto provocó que la entrevista saliese peor que mal, sin que este hecho sirviese para que Rollán saliera vivo, ya que quedó como Cagancho en Almagro.
El periodista, desacreditado por unos colaboradores que han hecho prácticas similares a las citadas, se volverá a sentar esta noche en el plató del programa, en este caso con el famoso polígrafo de por medio. Dejando a un lado las contradicciones de Rollán, el programa se centró a continuación en entrevistar a Mónica Hoyos, que según la máquina de la verdad sigue loca de celos por Carlos Lozano, que se juega a cara a cruz en septiembre su carrera como presentador con Granjero busca esposa, reality-show que tuvo un preestreno lamentable en primavera.
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